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LOS CLICHÉS DEL TANGO (*)
El Tango, como expresión
popular, ha sido, en su
momento, duramente
censurado por las elites
dominantes, especialmente
en épocas de gobierno
autoritario y extranjerizante
(por ejemplo prohibición
de términos lunfardos y
determinadas imágenes
y temáticas) con evidente
propósito de vaciamiento
cultural, cuando querés
someter a un pueblo tratás
de quitarle sus insignias y
socavar su identidad.
es verdad.
b) la pereza y facilismo
de muchos autores que
se limitan a repetir lo ya
escrito, reemplazando a
la investigación y aún el
mero razonamiento por
la más cómoda tarea de
recopilación.
Si a lo antedicho le
agregamos algunas gotas
de mala intención y otras
de estupidez, la ecuación
cierra.
Uno de los pilares de
También, y hasta la fecha, el mi tarea de difusión
Tango ha sido injustamente y esclarecimiento es
desmitificar algunos
descalificado con clichés
conceptos sobre el Tango,
tales como: prostibulario,
compadrito, triste, machista, erróneamente enquistados
lamento del cornudo, y una en el imaginario popular
y que tanto daño hacen a
larga lista de etcéteras…
Hay otros clichés, asimismo, la tanguedad al desvirtuar
muchos aspectos del
que si bien no implican
género, en especial frente
una descalificación, no se
compadecen con la verdad, a los neófitos, que son
mayoría… SÓLO SE AMA
como el supuesto origen
LO
QUE SE CONOCE,
negro del género. Yo pienso
y mi bandera es, desde
que la incesante repetición
hace tiempo, FOMENTAR
de lugares comunes e
EL CONOCIMIENTO DEL
inexactos respecto de
TANGO, más allá de un
la naturaleza del Tango
baile que puede resultar
obedece a varias causas,
más o menos exótico, más
entre las cuales podríamos
allá del encuentro semanal
aislar:
de miles de bailarines,
a) La tendencia por parte de convocados por un abrazo
muchos lectores de pensar
sin obligatorias implicancias.
que porque algo está
Lamentablemente muchos
escrito en letras de molde
escritores –no me refiero
a los historiadores e
investigadores, que
suelen producir excelentes
ensayos que en general
no llegan al común de la
gente- se repiten hasta el
hartazgo describiendo la
milonga según antojadizas
descripciones sin ir más
allá, porque ir más allá
implica trabajo, estudio,
reflexión... y ellos prefieren
optimizar la relación costobeneficio. Es que les
resulta trabajoso ir más
allá de las fronteras de las
referencias obvias. Por mi
parte, y a título personal
siempre he preferido el
camino legítimo, evitando,
escrupulosamente, los
atajos.
Yo creo que los escritores
serios nos deben un libro
que arroje luz sobre estos
clichés, en forma didáctica
y amena, poniendo negro
sobre blanco rótulos
que no por repetidos
resultan veraces. Digo
escritores serios,
dejando de ex profeso
fuera de la cuestión a
algunos “escritores
milongueros” que pasean
su imagen patética por
nuestros bailongos,
borrando con el codo lo
que escriben con la mano,
a poco que uno los vea