Tamadaba Tamadaba 2017, Nº XX | Page 62

Puesta en valor: “Una grata recompensa”

Como ya hemos adelantado, el objetivo último de toda innovación es protagonizar un cambio en el paradigma didáctico con la intención de mejorar los resultados exhibidos por el alumnado en su proceso de enseñanza-aprendizaje. En este sentido, me gustaría resaltar que, a pesar de la comprensible incertidumbre inicial, me siento totalmente satisfecho tanto con la labor protagonizada por mi alumnado como por los resultados obtenidos. Así bien, el conjunto de estudiantes ha superado con creces cualquier planteamiento inicial y, entre otras cosas, han podido descubrir por sí mismos las diferentes estrategias utilizadas por empresas reales para diferenciarse y consolidarse en un mercado cada vez más competitivo.

Por tanto, después de un total de cinco sesiones de aula dedicadas al desarrollo de la presente experiencia didáctica, podemos afirmar que el conjunto de estudiantes ha dado un importante primer paso hacia la consolidación de un modelo de pensamiento autónomo, reflexivo y creativo. Importante avance que, con el paso del tiempo y una práctica continuada, hará cada vez más real la figura de un alumnado activo, despierto y capaz de sustituir el tradicional mecanismo de asunción pasiva de conceptos teóricos por la construcción consciente de su propio conocimiento.

Conclusión final: “Tapando agujeros”

Como historiador, acostumbro a trazar paralelismo entre la realidad actual y los distintos fenómenos o episodios del pasado. En este sentido, me gustaría concluir la presente reflexión con una pequeña comparación entre la visión que exhiben muchos alumnos de nuestro sistema educativo y la impresión que los conquistadores persas tuvieron cuando conquistaron las ciudades griegas. Como todos sabemos, las antiguas polis griegas destacaron por ser la cuna de la democracia, régimen político que era totalmente desconocido para los habitantes del autoritario imperio persa. En consecuencia, este hecho explica una curiosa anécdota: cuando los persas invaden las ciudades helenas, tal y como recogen en sus propios relatos, confunden el “ágora”, antigua plaza pública dedicada a las votaciones populares, con un “gran agujero” situado en el centro de la trama urbana y del que desconocen totalmente el origen y razón de ser.

Paradójicamente y a no ser que apostemos por un verdadero cambio metodológico capaz de convertir al alumno en el auténtico protagonista de su proceso de enseñanza-aprendizaje, una confusión pareja está teniendo lugar entre muchos de nuestros jóvenes, quienes, en infinidad de ocasiones, llegan a confundir sus aulas con auténticos “agujeros” en los que caen sin remedio día tras día.

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