TALENTO SEP-OCT 2019 talentoSEP2019. | Page 16

DESARROLLO “EL DOLOR ES INEVITABLE, EL SUFRIMIENTO ES OPCIONAL”… ¿REALMENTE ES ASÍ? Siempre me fascinó la frase que he puesto en el título y que muchos atribuyen a Buda. Genera un sentido de posibilidad de elección ante un ele- mento tan aparentemente universal como lo es el sufrimiento humano. Pero una y otra vez chocaba con ella cuando la “realidad” me devolvía una expe- riencia diferente a lo bonito de la idea que encerra- ba. Y lo cierto es que, aunque sea plausible desde un punto de vista intelectual, se hace tremendamente desafiante desde un punto de vista práctico. ¿Qué es lo que hace que aparentemente seamos la úni- ca especie que además de dolor biológico -como el resto de los animales experimentan- añadamos el sufrimiento como un ingrediente adicional? ¿Real- mente es posible no experimentarlo tal y como sugiere la evocadora frase de Buda? ¿O hace falta ser “un Buda” para lograrlo? Desde luego no aspi- ro a dar una respuesta a este interrogante, pero sí a ofrecer alguna reflexión acerca de los mecanis- mos que empleamos para generar el sufrimiento -entendido como dolor psicológico- y ver cómo po- demos asumir un mayor grado de responsabilidad y participación en el proceso de experimentarlo. 16 Nuestra aparente superioridad como especie, siendo seres lingüísticos y pensantes, nos ha per- mitido evolucionar y crear cosas en el mundo que ningún otro ser vivo ha sido capaz de emular. Pero es precisamente esa fortaleza que tenemos de “crear cosas que no existen” a través de nuestro pensamiento la que se convierte en nuestra virtud y al mismo tiempo maldición, siendo el germen de la mayor parte de nuestro sufrimiento. El gran poder que encierra el lenguaje es que nos permite relacionar infinitos elementos y significa- dos, es decir, nos brinda la posibilidad de aprender cosas en el mundo sin la necesidad de tener una experiencia directa de esas cosas. Por ejemplo, si tu mascota un día pone su pata sobre la vitrocerá- mica caliente de tu casa, es probable que apren- da que eso genera dolor y que hay una fuente de peligro a evitar, pero necesita, al menos, haber tenido la experiencia directa de ello para hacerse una idea. Sin embargo, es fácil que nuestro hijo pequeño no necesite tocarla nunca y pasar por esa dolorosa experiencia para aprender que la vi-