es el proceso por el que el conocimiento cobra sig-
nificado y valor. Crecer es la transformación que
experimentas cuando asimilas lo que aprendes. Viven en “cárceles de cristal”, porque, aunque la
apariencia es que son libres, existen limitaciones
que sólo ellos ven.
Una definición de felicidad, entre muchas otras,
es disfrutar con lo que tienes mientras persigues lo
que deseas. Me gusta porque encaja bien con los
tres elementos anteriores, y también porque es
positiva. ¿Eres de los que arriesgan mucho o poco?
¿Cuánto eres de feliz?
¿Quieres cambiar ese cuánto?
Algunas personas viven parte de su vida con es-
caso nivel de felicidad porque apenas exploran,
aprenden y crecen. Su zona de confort se entu-
mece, es decir, viven una existencia monótona y
repetida como en la célebre película El día de la
marmota. Un bucle sin fin que les proporciona
certeza y seguridad, dos elementos bien valora-
dos por el cerebro de acuerdo con su principio
principal de funcionamiento: minimizar su gasto
enérgico.
“El ser humano es libre en el mismo instante en
que quiere serlo”. – Voltaire
Otras eligen retar con frecuencia ese principio, y
de esa manera salir de su zona de confort para
conocer y vivir nuevos conocimientos y expe-
riencias. Como es obvio, el precio que pagan es
enfrentarse a la incertidumbre de un terreno
desconocido y la consiguiente inseguridad que
produce esa falta de certeza. También a la in-
competencia, y consecuentemente al error y al
tropiezo.
Libertad
Como ya sabes, eres libre. Completamente libre
para vivir la vida que quieras vivir. No existe nin-
guna limitación. Tu vida no está predeterminada,
ni siquiera por las decisiones que has tomado en
el pasado. Puedes cambiarlas cuando lo desees.
Es maravilloso ser consciente en todo momento
de disponer de esa libertad total, que es la fuente
de tu felicidad.
Sólo tienes que pagar un precio, porque la vida
no es gratis. Cada vez que tomas una decisión eli-
ges una opción entre varias, y cada una de ellas
lleva asociada una promesa de beneficio y otra
de coste. Frecuentemente las decisiones que pro-
meten grandes beneficios suelen tener un coste
elevado.
Algunas personas, sin embargo, creen que no
son completamente libres. Y la consecuencia de
esa creencia es que no pueden elegir en cada mo-
mento lo que quieren. Su vida y su felicidad no
es plena, porque dicen que “tienen que” y “deben
de” hacer determinadas cosas u “obligaciones”.
FOTO: JIGSAWSTOCKER
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