que van a suceder, pero que nunca llegan a ocurrir.
Incluso en aquellos casos en los que ocurren esas
escenas temidas, la eficacia de las respuestas que
eligen están negativamente influenciadas por sus
procesos de pensamiento, eligiendo muchas veces
las acciones que menos les convienen.
Tomar consciencia de que nosotros creamos esos
significados a través del lenguaje, es el primer paso
para revisarlos, observarlos, aceptarlos y, en última
instancia, entender que en nuestras manos está el
poder dibujar en el lienzo de nuestra mente otras
experiencias y pensamientos que nos permitan
vivir una vida más plena y satisfactoria. No es me-
ramente una cuestión de pensamiento positivo,
como muchos concluirían de manera algo simplis-
ta.
te realmente en el mundo y cuanto en tu “mundo
interior”. Qué puertas te abren y cuales te están
pudiendo cerrar esos pensamientos, y qué otros
significados más ricos podrías establecer que te
generaran un sentir diferente.
No es un proceso sencillo, pero el simple hecho de
observarlo ya constituye un paso para participar
algo más en ti mismo/a.
No hay razón para buscar el sufrimiento, pero si
éste llega, no temas; míralo a la cara, sólo así po-
drás observar desde que perspectiva lo creaste. –
Friedrich Nietzsche
Si eres de los que a la vuelta de tus vacaciones
sufres -incluso antes de que acaben- pensando
en la dura realidad de tu reincorporación, pre-
gúntate cómo estás generando ese proceso de
sufrimiento: simplemente observa qué juicios, ideas,
pensamientos y emociones traes a tu cabeza y
para qué te está sirviendo pensar así. De qué te
están protegiendo y cuánto de ello está presen-
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