DESARROLLO
En un pasado número de Talento, en con-
creto en el artículo “A ver si nos aclaramos”,
tuve oportunidad de hablar del coaching
como técnica relativamente novedosa, di-
ferenciándola de otras que pueden pare-
cer similares o solapadas en sus formas
o el objetivo que persiguen. A nadie que
tenga un mínimo de responsabilidad en el
desarrollo de personas se le escapa que,
a día de hoy, el coaching, lejos de ser
una moda o una ocurrencia de algún des-
ocupado o el vendedor de crecepelo de
turno, es una de las herramientas más
apropiadas con las que contamos para
acompañar a los seres humanos en su
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¿Para q
coach, si
ser co
crecimiento personal y profesional.
Esta afirmación no es la opinión de la hu-
milde pluma que escribe estas líneas; es un
hecho contrastado de varias formas bastan-
te objetivas:
- Los miles de testimonios de personas que
han experimentado profundas transforma-
ciones en sus vidas a raíz de un proceso de
coaching
- La recurrencia de las empresas a la hora
de contratar este tipo de servicio
- El crecimiento de la demanda de coaching
por parte de medianas y pequeñas empre-