El diagnóstico deberá contener, al menos, las
siguientes materias:
a) Proceso de selección y contratación.
b) Clasificación profesional.
c) Formación.
d) Promoción profesional.
e) Condiciones de trabajo, incluida la auditoría
salarial entre mujeres y hombres.
f) Ejercicio corresponsable de los derechos de
la vida personal, familiar y laboral.
g) Infrarrepresentación femenina.
h) Retribuciones.
i) Prevención del acoso sexual y por razón de
sexo.
De esta forma, desaparece el concepto de or-
denación del tiempo de trabajo para favorecer,
en términos de igualdad entre mujeres y hom-
bres, la conciliación laboral, personal y familiar,
que pasa a llamarse “ejercicio corresponsable
de los derechos de la vida personal, familiar y
laboral”. Cabe remarcar que el término “conci-
liación” cambia por el de “corresponsabilidad”,
una de las tantas reivindicaciones que se han
mantenido a lo largo del tiempo, ya que el
término va más allá de la conciliación, tradi-
cionalmente asignada a las mujeres, y que ha
supuesto un reparto no equitativo de las ta-
reas de cuidado, reduciendo las condiciones
laborales de las mujeres a lo largo de toda su
vida.
Y es que desde luego, una persona adulta no
tiene una estructura neuronal exactamente
igual a la de un niño o un adolescente, y aun
así, cada persona no tiene la misma estructu-
ra neuronal que su compañero de al lado. Así
que, es por esto que la opción para facilitar el
aprendizaje en personas adultas es la opción
de hacer que experimenten los aprendizajes,
que los puedan interiorizar gracias a vivirlos en
primera persona. Es aquí donde la andragogía
se impone a la pedagogía en el sector de for-
mación a las empresas.
Ojalá que las medidas que se están implantan-
do gracias a los planes de igualdad, no sean un
mero trámite para cumplir la legalidad vigente,
sino que trasladen a los empleados y colabo-
radores de cada organización las mejoras en
igualdad de oportunidades de hombres y mu-
jeres.
Los planes de igualdad, no solo aportan mejo-
ras a nivel individual de todos los trabajadores,
sino que, además, favorece la productividad,
mejora la imagen de marca de las organiza-
ciones, fomenta la innovación y ayuda a la
atracción y retención del talento.
¿Necesitas ayuda?
Pero bien, pasemos a la parte formativa de
todo este asunto... ¿Cómo puedo implementar
formación en la empresa que ayude al plan de
igualdad que tenemos o queremos implantar?
Creo sinceramente que no hay una única res-
puesta y que dentro del cambio que se está
generando, hay un punto de vista que se ha
dejado de lado. Antes de ser hombres o mu-
jeres, somos personas. Con esto quiero decir
que será tan válida la opción de formar a los
colectivos de forma separada como de manera
conjunta; de hecho, a mi modo de ver, son for-
mas complementarias. No tiene sentido para
mí, formar solo a uno de los dos colectivos
desplazando al otro, igual que cada uno de los
colectivos no necesita aprender lo mismo.
Para mí, la gran pregunta a responder es la si-
guiente: ¿Cómo formamos a personas adultas?
Vanessa Peirotén
Office Manager