TALENTO Nov-Dic 2017 talentoNOV2017 | Page 25

esperanza, excitación, ira. Y surgirán y te atra- parán de repente, te guste o no. S eñalar la necesidad que tienes. ¿Qué te sugie- re la emoción que estás sintiendo? ¿Qué requiere de ti? ¿Por qué esto que ha sucedido y te ha puesto triste, o tenso, o enfadado, tie- ne sentido para ti? ¿Qué razones, carencias, creencias o valores hay bajo esa emoción, ocultos pero activos? Si eres capaz de respon- der de forma racional -y honesta- a alguna de estas preguntas, estarás influyendo indirecta- mente sobre la emoción que te afecta. tos posteriores, prestándole mi apoyo para gestionar su propia tristeza del mejor modo en que me resulte posible. Y con todo ello, he llegado al convencimiento de que mi padre se las arregló para darme una lección de vida hasta en el último aliento de la suya. Gracias, papá. T omar la responsabilidad que depende de ti. No te enfoques en lo que se sale de tu capa- cidad de influencia, pon tu energía en lo que sí puedes cambiar. Por ejemplo, en aquella situación nadie podíamos hacer nada por evi- tar lo inexorable, pero sí acompañarle hasta el último momento de la mejor forma posible. A ctuar en consecuencia. Una vez desahoga- do, actúa. No te pares, haz lo que te hayas propuesto, deja de languidecer. Recuerdo un chiste del genial Quino, en el que Guille, un amiguito de Mafalda, iba mirando al sue- lo porque se sentía muy triste. Ésta le decía que lo estaba haciendo muy bien, que cuan- do uno está triste es muy importante llevar la cabeza baja y mirar al suelo; porque si la levantas y eres capaz de ver el mundo la tris- teza desaparecería, y eso te obligaría a dejar de estar triste. ¿Verdad? Este modelo no pretende cambiar ni dulcifi- car la situación que estés viviendo, por dra- mática que sea -de hecho nadie podía cam- biar la que yo estaba experimentando en aquellos momentos-. Tampoco se centra en eliminar la emoción, que surge de manera visceral y caprichosa, sin que la elijas. Pero sí te permite cambiar dos cosas importantes: el pensamiento, que modula la emoción que es- tás sintiendo, y la acción que realices a partir de ese momento. A mí me sirvió. Nunca pensé que aplicar un modelo tan racional podría consolarme en un momento tan emotivo, pero lo hizo. Me ayu- dó a llorar, a despedirme y a tomar fuerzas para acompañar a mi madre en los momen- 25