EDITORIAL
Andragogía: Cosecha COVID-19
La pandemia que dejó mal herida la pedagogía
La dura pandemia del COVID-19 se ha cebado con la humanidad y dejará atrás dramas familiares, des-
trucción de empleo y la economía mundial más frágil que recuerdan nuestros abuelos, sin embargo, en
mi incansable búsqueda de aprendizaje con todo lo que ocurre, he podido encontrar un buen número
de beneficios colaterales que despiertan mi ilusión para el día después de esta crisis humanitaria.
Muchas familias se han reencontrado y se ven más que antes, eso sí, virtualmente. Quizá los niños
han practicado menos raíces cuadradas y han conjugado menos verbos irregulares, pero también han
disfrutado de más conversaciones y de buenas prácticas de convivencia. Se han rescatado juegos olvi-
dados y algunos hijos emancipados regresaron al calor del hogar familiar. En el mundo de la empresa,
más allá de la deteriorada situación que esta crisis va a dejar en muchos sectores, también están pa-
sando cosas buenas; algunas se están reinventando a marchas forzadas para salir más reforzadas de
esta situación, y la actitud apática de algunos trabajadores ha mutado en compromiso para mantener
a flote los proyectos, sin olvidar la bienvenida toma de consciencia de lo que de verdad importa en
nuestras vidas.
Pero hay más. Pensando en la formación continua de los profesionales, el virus ha dejado mal heri-
da a la pedagogía, ese enfoque de formación tradicional en la que todavía hoy se pretende que los
adultos aprendan “de fuera hacia dentro”, es decir, diciéndoles lo que tiene que hacer y la manera
correcta de hacer las cosas, cuando en origen es una ciencia creada para educar y enseñar a los ni-
ños. Como consecuencia del obligado confinamiento, muchos trabajadores con posibilidad de seguir
desempeñando sus tareas desde casa se han visto en la necesidad de reorganizar sus vidas tomando
decisiones propias, sin nadie alrededor a quién rendir cuentas durante su jornada laboral y sin nece-
sidad de demostrar que siguen sentados en su sitio. Han dejado de ser autómatas que obedecen a
rutinas impuestas desde fuera para empezar a tomar sus propias decisiones. Esta actitud es la base de
la andragogía, desde la que se aprende “de dentro hacia afuera”. Las personas usan sus conocimientos
y gestionan sus condicionantes para tomar las decisiones que les permitan ser efectivas con las tareas
que tienen asignadas.
Los enfoques andragógicos en la formación de habilidades garantizan el
compromiso de los profesionales con la puesta en práctica de los conoci-
mientos adquiridos. Nadie les dice lo que tienen que hacer, sino que fruto de
las reflexiones compartidas y de los modelos aprendidos, cada uno de ellos
aplica lo que cree conveniente en su contexto particular.
Este es el enfoque que el Grupo Atesora utiliza en todos los procesos de
acompañamiento que facilita para sus clientes.
Bienvenidos al nuevo mundo del aprendizaje
¿Y tú, quieres desarrollar enfoques andragógicos?
Si quieres descubrir cómo hacerlo es momento de que conversemos. ¿Ha-
blamos?
Jorge Salinas
Presidente de
Atesora Group
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