TALENTO MAY-JUN 2020 talentoMAY2020_reducido | Page 23

mos, la falsación se convierte en un elemento tan importante como la verificación. Verificar y falsar son dos procesos claves del pensamiento científico. Según Wikipedia, la “falsabilidad o refuta- bilidad es la capacidad de una teoría o hipótesis de ser sometida a potenciales pruebas que la contradigan”. Es uno de los pilares del método científico: toda proposición científica, para que la consideremos como válida, debe ser susceptible de ser falsada o refutada. Es el conocido criterio de demarcación de Karl Pop- per -por cierto, bastante mal utilizado por algunos-. No estamos acostumbrados a utilizar este tipo de pensamiento de manera cotidiana cuando in- ferimos juicios y conclusiones: sencillamente buscamos verificación, depositando crédito en nuestra “cuenta de ahorros emocional“. Pero nos deja muy vulnerables a la hora de poder construir una comprensión precisa y certera de la realidad. ya bastantes preocupaciones tenemos para preo- cuparnos también de la calidad de nuestro pensa- miento, pero es precisamente por éste por lo que experimentamos muchos de nuestros problemas cotidianos. Como decía el biólogo y filósofo Gregory Baten- son, “los problemas que vivimos como especie es en gran medida el resultado de la diferencia entre cómo funciona el mundo -realmente- y cómo pensamos nosotros que funciona”. Ser libre no sólo implica podernos desplazar a donde queramos -algo de lo que no disponemos en estos momentos de confinamiento-, sino tam- bién poder llevar nuestro pensamiento más allá de nuestros apriorismos, de lo que nos parece obvio, plausible o razonable, sometiéndolo a escrutinio y no sólo a la verificación de nuestros ideales o la de los demás. “ La certeza es un mal punto de destino, porque una vez que asu- mimos algo como cierto dejamos de explorar Más que nunca necesitamos alentar ese “pen- samiento científico”, pues no sólo corresponde al investigador de bata blanca encerrado en un laboratorio; sino que forma parte de la capaci- dad -compartida como especie- que tenemos de razonar y dar sentido al mundo que nos ro- dea. Hemos de tratar de dar la vuelta a la tortilla de nuestros propios argumentos, contrastarlos, fundarlos y dudar de ellos. La duda productiva es una excelente herramienta de pensamiento, como bien nos demostró Descartes hace ya cuatro siglos. La certeza es un mal punto de destino, por que una vez que asumimos algo como cierto dejamos de explorar. Como niños no paramos de explorar, es la activi- dad en la que nos involucramos al 100%. Por des- gracia, vamos adormeciendo esa facultad -de las pocas innatas que tenemos- a medida que nos hacemos adultos. Alguien podría argumentar que 23