TALENTO MAR-ABR 2020 talentoMAR2020 | Page 33

del café, cuántos rumores tóxicos compartiste con tus compañeros buscando justificación -o al me- nos una explicación tranquilizadora- para digerir la pérdida? Quizás con la distancia puedas ahora apreciar que, al igual que esas anónimas perso- nas de las que hablábamos invierten un montón de energía a lo largo de años en construir, instalar y cuidar sus ofrendas, tú también erigiste altares y los llenaste de velas y flores, tan emotivos como inefectivos y nostálgicos. Todo nuestro éxito se basa en el esfuerzo de quie- nes nos precedieron. Las normas que hoy cumples, los valores que te definen, los protocolos a los que te atienes, el listado de clientes a los que vendes tus productos, la cultura que caracteriza a tu Or- ganización, nada de eso existiría si antes que tú no hubiera habido otros que ocuparon tu lugar. Y tú, sin saberlo, integraste su obra y ahora la perpetúas. ¿No es eso un claro homenaje a su empeño?¿No te han ayudado, sabiéndolo o no, a ser quien eres hoy? Sólo te pido la reflexión y la altura de miras suficientes para apropiarte de su legado de forma consciente y voluntaria, y, con su ayuda combinada con tu esfuerzo, esculpir a la persona que anhe- las ser para conseguir mañana aquello que hoy no puedes. La añoranza, cuando carece de un aprendizaje, sólo puede conducir a la frustración y a la melan- colía. Si alguien importante para ti desapareció de repente, mi sugerencia es que lo recuperes en tu vida; pero si no puedes hacerlo, intégralo en ella. No necesitas atar flores a un semáforo ni construir un altar, real o figurado, para mantener viva su memoria. Y esto lo digo desde el más profundo respeto al dolor de quien sí lo hace, y el agrade- cimiento a aquella desconocida persona que despertó con sus ramilletes esta reflexión sin ser consciente de ello; como si fuera la moraleja de un cuento, acabo de caer en que hace más de vein- ticinco años me permitió integrar su sufrimiento y constancia para ayudarme a ser quien hoy soy. Gracias.