Es algo que también suele ocurrir en las relaciones
enmarcadas en un contexto organizacional, donde
las jerarquías existentes regulan de manera formal
las estructuras de poder “jefe-colaborador”.
Ahora bien, que ésa sea la posición “natural” que
nos corresponda, no quiere decir que tengamos
que ejercerla en todo momento. Es más, de una
forma estratégica, podemos decidir colocarnos un
“peldaño por debajo” preguntando a nuestro vás-
tago: “Hace mucho que no practico las matemáticas”
-en mi caso esto es totalmente cierto-. “¿Podrías ex-
plicarme qué es lo que tú entiendes de este problema?
Necesito que me lo expliques”. Ciertamente, igual po-
dríamos resolvérselo en unos pocos minutos, pero
quizás nos interese influirle para que sea él mismo
el que explore diferentes alternativas y desarrolle
su razonamiento y, por ende, su competencia ma-
temática.
En nuestra experiencia facilitando programas de
mentoring, muchos mentores novatos caen en
la trampa de tratar de demostrar a toda costa su
posición de autoridad, como una forma de ganar-
se el respeto y la referencialidad de sus mentees.
Consideran que así honran el rol que le han en-
comendado, sin darse cuenta de que “hablar de su
libro” como foco principal del mentoring va frontal-
mente en contra del crecimiento y desarrollo de
sus mentees. En este sentido, sí que podemos de-
cir que estaremos manipulando con el fin de ganar,
inconscientemente, cuotas crecientes de autoridad
para alimentar nuestro hambriento ego.
Alguien podría argumentar que eso es mani-
pularle, no influirle, pero si volvemos a nuestra
distinción del principio, nos daremos cuenta de que
los objetivos que persigue nuestro hijo y nuestras
pretensiones de ayudarle en su educación y auto-
nomía caminan juntos de la mano.
Cuando hablamos de procesos para facilitar el de-
sarrollo y aprendizaje de las personas, como pueda
ser el mentoring, el coaching o la educación formal,
es importante que tengamos en consideración la
importancia de estas dinámicas para ser capaces
de utilizarlas más conscientemente como herra-
mienta, en función de los objetivos que se persigan.
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