TALENTO MAR-ABR 2018 talentoMAR2018 | Page 27

A unque me viene a la cabeza Camilo José Cela, no estoy seguro de si fue él quien defi- nió la cultura de una persona como “los posos que quedan después de haber olvidado lo que un día aprendimos”. Si no fue él el autor de la cita, mis disculpas al legítimo propietario. Tirando un poco más de la madeja, yo sus- tituiría “lo que un día aprendimos” por “lo que un día trataron de enseñarnos”... Y, siendo un poco más crítico aún, añadi- ría “...sin que nos interesase para nada”. Piénsalo por un momento. ¿Cuántas ho- ras de tu vida te has pasado en un aula, incluyendo colegio, instituto, universidad, formaciones complementarias, cursos técnicos o de idio- mas, etc.? Difícil hacer el cálculo, ¿verdad? Pero han sido muchísi- mas, y casi con seguridad me quedo corto. Continuemos. Imagínate que la suma de to- dos los datos que algún día estudiaste o alguien trató de hacerte aprender -disciplinas, técnicas, métodos, reglas de oro, frases famo- sas, biografías, hechos históricos, fórmulas matemáticas, físicas o químicas, lengua, lite- ratura, datos geográficos, filosofía, arte y un larguísimo etcétera- sumasen una cantidad cualquiera, digamos que 1.000. Eso significa que tu cultura potencial sería de 1.000, ¿verdad? Muy bien. Si ahora sumas imaginariamen- te lo que recuerdas de todo ello; pero no vaga o anecdóticamente, sino lo que interiorizaste y conservas dentro de tu ba- gaje de conocimientos y/o habilidades; si lo sumases, decíamos, ¿qué número crees que saldría? -Recuerda que el máximo es 1.000-. No hace falta que te tortures mucho. A no ser que seas de esas personas que hacen del estudio un fin en sí mismo -sin llegar a 27