nuestro deseo de acercamiento hacia
algo. Por ejemplo, podemos pensar
en personajes del deporte que han
logrado grandes resultados después
del fallecimiento de algún ser queri-
do, rindiendo tributo a esta persona.
En este caso, el motivo tiene que ver
con hacer algo en nombre de alguien
más; hay personas que lo hacen en
nombre de una convicción, de una
religión, de una familia, de un valor
importante para ellos. Aquí es impor-
tante que nos preguntemos cómo
nos posicionamos a la hora de hacer
cosas. ¿Qué razones o motivos están
presentes detrás de nuestro actuar?
¿Qué pretendemos alcanzar con ello?
Si tienes una meta u objetivo, la
pregunta aquí sería: ¿Qué motivos
tienes para alcanzar eso que quie-
res? La meta en sí misma puede ser
motivante (conseguir un aumento
en el salario), pero sin lugar a dudas
habrá razones y/o motivos para
querer alcanzarla (por ejemplo, qué es
lo que me va a permitir ese aumento,
qué nuevas posibilidades me abre, etc.)
Junto a las razones o motivos por los
que hacemos algo, que pueden ser más o me-
nos conscientes, otro aspecto de Contenido
de nuestra motivación son las Motivaciones
Inconscientes que todos tenemos y que son
difíciles de expresar y/o verbalizar, pero que
determinan gran parte de las decisiones y
acciones en nuestro día a día. De acuerdo con
la Teoría de la Personalidad de los Eneatipos,
podemos describir diferentes direcciones
hacia las que orientamos nuestro actuar, direc-
ciones que actúan como fuertes motivadores y
que subyacen a todo lo que hacemos, pero que
en cada persona operan con diferente
intensidad. Es importante reseñar que ninguna
de estas motivaciones es “mejor o peor”, todas
ellas son igualmente legítimas y, nos guste o no,
en algún momento de nuestras vidas han pasado
a formar parte de nuestro “ADN” motivacional.
A continuación, haremos una breve reseña de
cada una de ellas:
• Hacer las cosas por Hacer lo Correcto: Es
uno de los grandes motivadores primarios
para algunas personas. Hacer lo correcto no
en términos absolutos u objetivos, sino hacer
lo correcto desde nuestro propio marco de
referencia (lógicamente subjetivo), de acuer-
do a nuestra educación, experiencias, a los
aprendizajes que nos han sido inculcados a lo
largo de nuestra vida. Estas personas buscan
adecuar sus decisiones a reglas inconscientes
que determinan lo apropiado o no de un deter-
minado curso de acción. Por ejemplo, el hijo que
considera que lo correcto es sacar una carrera
con las mejores notas, el directivo que toma
una decisión que considera la más “ética”, etc.
• Hacer las cosas para Agradar a los demás: A
estas personas les mueve en gran medida el
recibir afecto y cariño de otros. Buscan conti-
nuamente el ser queridos o aceptados. Si bien
ésta es una motivación presente en todos los
seres humanos, para algunas personas cons-
tituye una fuerza o necesidad especialmente
poderosa. Evalúan todas sus actuaciones de
forma inconsciente bajo el prisma de ser
queridos, aceptados o valorados como indivi-
duos. Las cosas buenas o malas que realicen
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