paradas para recuperar mínimamente la energía necesaria y continuar
pedaleando. Nos quedamos solos. Él insistía en que yo tirara para delante
pero tenía claro que solo lo dejaría si decidía retirarse y apretaba el botón
del localizador personal que todos llevábamos para que alguien del equipo
médico lo recogiera. En varias de esas paradas era yo quién le proponía
avisar al personal de apoyo pero él, sentado sobre cualquier piedra con la
mirada perdida sobre la tierra y evidentes señales de abatimiento corporal,
levantaba con esfuerzo la cabeza y me decía “no te preocupes, sigamos, voy
a llegar como sea”. Aquella fue una lección en directo de cómo alguien con
determinación y una meta clara se levanta una y otra vez con la mirada
puesta en su objetivo. Después de cada pedalada sólo piensa en la siguien-
te. Después de cada caída sólo piensa en levantarte. Descarta cualquier
otra opción que no pase por levantarse de nuevo y ten cerca a personas
que te ayuden a hacerlo.
Una labor de equipo es fundamental para transitar por la vida. En el
ámbito personal son nuestras parejas, nuestros hijos, nuestros padres,
nuestros hermanos, nuestros amigos. Sin ellos nos faltaría el apoyo nece-
sario para levantarnos cuando la vida nos da un revés, cuando se produce
la perdida de un ser querido, una separación, una enfermedad, un despido.
En nuestro contexto profesional suele ser un buen mentor, un buen jefe,
un buen compañero, un buen equipo. Si pretendemos hacer el camino
solos, las posibilidades de fracaso a la hora de alcanzar nuestros objetivos
se multiplican.
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