mente conseguimos los desenlaces esperados.
CONSEGUIR es algo altamente motivador, nos pro-
porciona la gasolina necesaria para que el esfuerzo
que experimentamos sea justificado. El problema
con el conseguir es que a veces conseguimos cosas
que realmente no queremos o necesitamos. En
ocasiones, llegar a esa ansiada meta nos deja
una sensación de vacío o insatisfacción al no
habernos tomado el tiempo necesario para
conectar con nuestros propios valores.
En un mundo globalizado e hiperconectado en
el que el pensamiento grupal se convierte en la
norma a seguir, es fácil que otros te digan el cami-
no que debes de recorrer y las necesidades que
has de satisfacer. Las fuerzas de la conformidad
determinan los deseos que nos marcamos en mu-
chas ocasiones. Como decía Epicteto, “muchos
de nuestros problemas se deben a que organiza-
mos nuestra vida en base a convenios, en vez de
a la razón”.
Nuestra sociedad nos ofrece innumerables opor-
tunidades para adquirir, conseguir o comprar lo
que necesita hacerse. Las vías rápidas y los atajos
son el reclamo de nuestra atención y deseos, y el
esfuerzo asociado a nuestro actuar, el enemigo
a batir. Pero más allá de lo que tengas o con-
sigas, lo único relevante es el proceso de lo
que haces a cada instante de tu vida, pues-
to que define el tipo de vida que disfrutas y,
en última instancia, quién estarás siendo. Te
deseo un feliz y exitoso “hacer” para este 2020.
ces asociamos a esa posesión. Podemos tener
cosas como propiedades: una casa, un coche, una
televisión, etc, pero también vinculamos al tener
otras cosas que no tan claramente podemos me-
ter en nuestro saco de propiedades: si tienes una
pareja no es algo que poseas, aunque te lo podrías
plantear en esos términos y olvidar que tienes que
seguir haciendo cosas con el fin de alimentar y
enriquecer esa relación para poder desarrollarla.
Es fácil que perdamos de vista que lo que tenemos
en última instancia es fruto de lo que hacemos,
bien se trate de tener un trabajo, una relación, tí-
tulos académicos, conocimientos, habilidades, etc.
Queriendo tener se nos olvida todo lo que necesi-
tamos hacer para sostener esas cosas que damos
por sentadas. Si tienes una amistad con alguien
será probablemente gracias a las situaciones que
has vivido con esa persona, las conversaciones
que has abierto, la escucha que le has brindado
o los malos o buenos momentos compartidos.
Si las cosas que hacemos son efectivas, final-
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