fútbol sin conocer las reglas del juego. El resultado fue más que
excelente.
La A de SMART
La gran mayoría de los centenares de jefes y empleados que he
conocido en mi segunda carrera profesional, como coach desde
2003, afirman utilizar el modelo SMART para el establecimiento
de objetivos.
Después de haber vivido aquella experiencia, puedo contar con
los dedos de mis manos, y tal vez uno de mis pies, los que real-
mente sí utilizan el SMART. Todos los demás utilizan el SMRT. Les
falta la A.
En 1982 formé mi opinión, que no he modificado aún, de que la
A es bastante más relevante que las otras cuatro letras. Significa
Alcanzable y Acordado.
Alcanzable se refiere a asequible. Sin duda estará fuera de la zona
de confort, y por consiguiente requiere un esfuerzo extra y algún
cambio en el protagonista (nuevos aprendizajes) que le permita
convertirse en una persona diferente, exactamente la persona ca-
paz de atraer ese resultado diferente, nunca antes alcanzado.
Acordado se refiere al pacto argumentado entre el individuo que
se responsabiliza del objetivo, el protagonista, y su líder. Porque
sólo los líderes son capaces de utilizar SMART.
Cuando el objetivo es impuesto, contra la voluntad del individuo,
deja de ser un objetivo. En todo caso será el objetivo del jefe, nun-
ca del individuo que no cree en él.
Un objetivo impuesto implica la ausencia de respons(h)abili-
dad, ya que no es la respuesta (decisión) del protagonista. La
imposición de un objetivo no creíble ni aceptado tiene como
consecuencia inevitable la minimización de la motiv-acción y del
grado de compromiso del individuo.
Un objetivo impuesto equivale a una orden, y el mejor escenario
que puede esperar el jefe que da una orden es la obediencia del
ordenado, no su motivación y compromiso.
Y cuando el protagonista recibe esa orden, la mejor respuesta
que puede dar a su jefe suena más o menos así: “lo intentaré con
todas mis fuerzas”. Nunca pronunciará un “me comprometo”.
Y todos conocemos la diferencia entre esos dos verbos. El verbo
intentar lleva embebida en su definición la posibilidad de no con-
seguir, mientras que el verbo (com)prometer significa promesa.
El nivel de motiv-acción que despliega el individuo que intenta es
bastante inferior al que ha prometido. La diferencia reside en su
confianza.
Cuando el protagonista elige libremente su objetivo pone en
juego su respons(h)abilidad y, a través de ella, se hace el dueño
(ownership) de todo el proceso que conduce al resultado. En el
primer caso el dueño del objetivo es el jefe, y en el segundo el
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