TALENTO ENE-FEB 2019 talentoENE2019 | Page 20

DESARROLLO La autopista de seis carriles que se convirtió en una pista forestal Llevo trabajando más de treinta años, en diferentes sectores, empresas y con distintos roles. Sé que no es la carrera profesional más larga del mundo, pero indudablemente los años de experienci a me han permitido tomar perspectiva acer- ca del tema del que vamos a hablar en este artículo; por no hablar de que mi trabajo como coach en muchas empresas clientes y unos cuantos años colaborando en una escuela de negocios han añadido a mi pro- pio bagaje la visión de lo que ha sucedido en otros sitios durante todo este tiempo. Si al principio de mi trayectoria profesio- nal me hubieran preguntado en qué tipo 20 de empresa me gustaría trabajar cuando cumpliera los cincuenta años -lo que ya ha ocurrido hace unos meses, por cier- to-, probablemente hubiera pensado en las siguientes características elementales: 1. Que fuera una empresa importante, con una marca reconocida en el Mercado que me permitiese lucir con orgullo mi tarjeta. 2. Que sus productos o servicios fueran só- lidos, útiles y fiables. 3. Que los procesos estuvieran bien defini- dos, dando estabilidad a la estructura. 4. Que los mandos intermedios alineasen bien a las capas más operativas con la es- trategia de la Organización. 5. Y, por último, que la Alta Dirección es- tuviera constituida por personas bien preparadas, visionarias, capaces de timo- near la nave dando a los trabajadores la tranquilidad necesaria para hacer sus fun- ciones sabiéndose bien dirigidos. En otras palabras, en aquel momento es- taba describiendo, sin saberlo, la típica estructura piramidal con la que se ha veni- do representando gráficamente el concep- to de empresa a lo largo de los años. Y no es de extrañar, puesto que la pirámide es el paradigma de la solidez y la estabilidad (me viene a la cabeza el viejo adagio referido a los famosísimos monumentos de Egipto, “…Los hombres temen al tiempo, y el tiempo teme a las pirámides…”). Pero para proporcionar tan deseada consistencia, es necesaria una condición: el suelo en el que se apoya tiene que ser muy, pero que muy firme. Si el suelo es cenagoso, la pirámide se tambalea; y, si el suelo es líquido, la pirámide se va al fondo. Y esto es lo que nos lleva pasando hace unos años: que el entorno -social, tecnológico, demográfico, político, geo- estratégico…- se ha convertido en algo imprevisible, multiforme, más parecido a un mar encrespado que a la llanura de Gi- zeh; y, en consecuencia, las empresas que quieran sobrevivir necesitan convertirse en 21