tirán muchos procesos involucrados que ha-
bremos realizado inconscientemente; quizás
hemos hecho una imagen más saludable y
atractiva de nosotros mismos hacia la que nos
sentimos atraídos; quizás nos hemos dicho
determinadas frases que nos refuerzan, o
hemos construido un significado personal
importante en torno al logro que queremos
alcanzar… Si analizamos en detalle estos
procesos desde la perspectiva del “hacer”, nos
daremos cuenta de que todos ellos son actos
que realizamos conductualmente, y cuanto
más los practicamos mejores nos volvemos
ejecutándolos. De igual forma, cuanto menos
los hagamos más nos costará mantenerlos ac-
tivados. En palabras de uno de mis mentores,
podríamos decir que nuestro “SER es HACER”.
Si alguien está motivado por conseguir un
determinado objetivo, es porque en algún
momento habrá construido esa motivación.
De la misma forma, si deja de experimentar
esas ganas, será así mismo porque en algún
momento “habrá hecho la desmotivación”.
Aunque pueda parecer extraño, percibirlo des-
de esa óptica nos invita a participar de una
forma más consciente, activa y responsable en
nosotros mismos, en lugar de simplemente ser
víctimas de nuestros procesos de pensamien-
to.
Si alguien mantiene a lo largo del tiempo una
determinada forma física -o cualquier otro lo-
gro- y consigue los resultados que se propone,
esto lo podemos explicar de diferentes mane-
ras. Una de ellas, como hemos visto, es desde
la perspectiva del “SER”: “es una persona dis-
ciplinada”, “es perseverante”, o cualquier otra
razón vinculada a la identidad de la persona.
Otra es desde la perspectiva del “TENER”: “tiene
perseverancia, o fuerza de voluntad suficiente
para mantenerse”. La tercera y más útil es des-
de el “HACER”: qué es lo que está haciendo esa
persona para mantenerse en el tiempo.
Cuando realizamos procesos de coaching o
de mentoring, la fijación de objetivos suele
ser el eje central en torno al cual se vertebra
el proceso. Por lo tanto, la consecución de sus
correspondientes desenlaces se convier-
te en la medida del éxito de la intervención.
Más importante que iniciar una conducta es
mantenerla y seguir haciéndola en el tiempo,
cuencia negativa que tratas de evitar? ¿Cómo
puedes mantener activadas esas orientaciones
en el tiempo?
* Eso que quieres conseguir, ¿es algo que “tira
de ti” y te atrae sin esfuerzo, o tienes un senti-
do de que “tú tienes que caminar hacia ello”?
* En la medida en que vas logrando lo que
quieres, ¿siguen valiéndote las mismas razo-
nes que te pusieron en marcha o la consecu-
ción del objetivo requiere que construyas otras
que te conecten con nuevas cosas importan-
tes para ti? Y en ese caso, ¿cuáles podrían ser?
¿Qué otras cosas podrían estar involucradas
que te ayudarían a mantenerte en marcha?
sobre todo teniendo en cuenta que la mayor
parte de los objetivos que nos planteamos
en el ámbito de las organizaciones son de ca-
rácter dinámico: delegar más, escuchar más,
gestionar determinadas emociones, etc.
De cara a este nuevo año, quizás sea útil para
tus logros que enfoques desde esta pers-
pectiva y te asegures de que te mantienes
haciendo. A continuación, comparto algunas
preguntas que sería interesante que te formu-
laras para sensibilizarte con tus procesos de
mantenimiento:
* ¿Cómo has llegado a construir la motivación
por ese objetivo/propósito? ¿Cómo empezó y
cómo te diste cuenta de que lo querías, te gus-
taba o lo necesitabas?
* ¿Cuánto de eso necesitas conseguir para
sentirte satisfecho? ¿Es todo o nada, o por el
contrario te sirven pequeños avances? ¿Cuáles
son los pequeños logros que pueden reforzar-
te para mantenerte en marcha?
* Cuando sufres un tropiezo o no avanzas al
ritmo que quieres, ¿qué sentido de razón y/o
propósito puedes activar para mantenerte en
marcha?
* ¿Con qué otras cosas puede estar entrando
en conflicto eso que quieres? Y en ese caso,
¿cómo estas respondiendo a ello?
“El Pensar, Hacer y Ser son uno y la misma cosa”
Parménides
* ¿Qué imágenes ves? ¿Qué palabras te di-
ces? ¿Qué sensaciones experimentas cuando
imaginas esa consecución?; en términos “es-
paciales”, ¿dónde las localizas? ¿Cómo las
mantienes y las traes a tu mente? ¿Tienes que
hacer algo para ello o simplemente sientes que
“te suceden”?
* ¿Qué razones y/o propósitos están de fon-
do? ¿Con qué cosas te conecta ese objetivo?
¿Cómo vas a hacer para recordarte la impor-
tancia de esas razones a lo largo del tiempo?
¿Qué cosas pueden facilitártelo?
* ¿Hacia qué te acercas? Es decir, ¿cuál es el
beneficio o beneficios que tratas de conse-
guir si alcanzas ese objetivo? Y por otro lado,
¿de qué te estás alejando? ¿Cuál es la conse-
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