del entorno. Sin embargo, vivimos una
enorme crisis en la generación de entor-
nos donde se fomente el Work-In, carencia
que ya está empezando a generar sus
consecuencias y fracturas, tanto a
nivel medioambiental como a nivel
de nuestra salud como sociedad y como
especie en su conjunto.
Como seres humanos, una de las acti-
vidades fundamentales en las que nos
involucramos desde que nacemos es la
de dar sentido al mundo que nos rodea, y
en este acto podemos crear sentidos más
o menos “útiles” y/o atinados para noso-
tros que contribuyan a nuestra felicidad y
crecimiento como especie, o por el contra-
rio a nuestro sufrimiento y malestar. Que
la OMS reconozca que la depresión afec-
ta ya a 300 millones de personas en todo
el mundo en el 2017 (aunque se estima
que el número de personas no diagnos-
ticadas sea del doble), alertando de que
entre 2005 y 2015 el número de casos se
ha incrementado en más de un 18% y sigue en
imparable ascenso, debería hacernos parar
un momento en el camino para reflexionar.
Probablemente uno de los sentidos
que más imbricados están en nuestra
sociedad del Work-Out, es el de buscar en
todo aquello que hacemos el beneficio
y retorno inmediato. Ante una aparente
escasez de tiempo, buscamos acciones
y actividades con altos y rápidos dividen-
dos. El culto al beneficio inmediato es
cada vez más creciente; esto opera en el
trabajo, en el aprendizaje y la educación,
en el ocio, en las relaciones, en el deporte
y un largo etc. Porque claro, lo importan-
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te es no quedarnos fuera del tren... ¿O no?
Vivir impelidos al ensalzamiento de lo
rentable, al resultado a corto plazo, al de-
seo de efectividad, a luchar para ganar
en casi todos los ámbitos de la vida, no
parece una dirección muy inteligente o
“útil” para nosotros, sobre todo cuan-
do formamos parte de un mismo todo
(empezando por un mismo planeta). Sería
interesante que empezáramos a recuperar
el valor de las cosas “improductivas”, de la
generación de actividades que no sólo
fomenten el Work-Out sino también el
Work-In, sobre todo si queremos añadir
más calidad, sabiduría y en última instancia
felicidad en nuestras decisiones y acciones.
Ahora que estamos en el inicio de un nuevo
año y que probablemente hayas empezado
a planificar tus nuevos “propósitos útiles”,
te invito a que incluyas alguno “inútil”... Igual
te sorprendes y terminas siendo más feliz.
“Sin vacío nada podría producirse. La utilidad
de la vasija no está en la arcilla sino en el hue-
co, en la falta de material. En una casa, lo útil
son los vacíos, los huecos, puertas, ventanas,
habitaciones. Y en el hombre, lo útil no son sus
horas llenas, sino las vacías, las que tiene para
dedicarse a sí mismo y a otros seres humanos”
-Lao Tse-