locales hortícolas aragonesas como el
Tomate Rosa de Barbastro, la Cebolla Dulce
de Fuentes, la Judía Caparrona de Monzón,
la Alcaparra de Ballobar o el Melón de
Torres de Berrellén. Estos trabajos me han
permitido conocer al sector de cerca y a
muchas personas de distintos ámbitos que
me han aportado mucho, a nivel personal y
científico.
¿Por qué crees que el campo en
que trabajas es tan importante?
Mi trabajo como responsable del Banco de
Germoplasma Hortícola es importante para
la conservación de la gran biodiversidad del
patrimonio hortícola español, elemento
clave para asegurar la calidad y la
soberanía
alimentaria.
Una
parte
importante de las más de 17.000 muestras
que conforman la colección del banco son
variedades tradicionales que ya no se
cultivan, por lo que estamos conservando
variedades únicas, que de no haberse
recolectado en su día y conservado en el
banco se habrían perdido definitivamente.
En los últimos años existe un creciente
interés por estas variedades, al ser
consideradas una fuente de germoplasma
para modelos de producción sostenible,
como la ecológica, o como fuente de
diversidad para un mercado que ofrece
una escasa variación en sus productos.
Pero también se consideran una excelente
fuente de nuevos caracteres que
actualmente demanda el consumidor tales
como valor sensorial, valor nutricional o
valor nutracéutico. En este contexto, y con
el fin de atender las demandas de
productores y consumidores, también
considero de gran interés los trabajos que
hemos realizado en la recuperación y
selección de variedades locales de
hortalizas, formando parte de un equipo
pluridisciplinar.
¿Han quitado importancia a
alguna investigación que has
hecho por ser mujer?
No,
estoy
muy
satisfecha
del
reconocimiento personal que he tenido por
mi trabajo. Aunque, como todos mis
compañeros, he tenido dificultades por la
decreciente inversión en investigación de
los últimos años.
Actualmente
muchísimas
mujeres cobran casi un 30%
menos que los hombres haciendo
el mismo trabajo ¿es este tu
caso?
Sí, eso es lo que muestran las estadísticas y
me parece una gran injusticia. Sin
embargo, hasta donde yo sé, en la
administración pública no tenemos ese
problema. Cobramos según nuestra
categoría profesional, por lo que cobro lo
mismo
que
mis
compañeros,
independientemente de que seamos
hombres o mujeres.
¿Crees que las mujeres están
empezando
a
obtener
el
reconocimiento en la ciencia que
deberían, o crees que siguen sin
tenerlo?
Creo que antes las mujeres tenían mucha
dificultad para acceder a determinados
puestos, y eso todavía lo estamos
arrastrando en la actualidad. Ahora los
tiempos han cambiado y existen
estupendas científicas de reconocido
prestigio.