Escrito por: Paula Soriano (3ºD)
¡SIN NOSOTRAS
EL MUNDO SE
PARA!
Las 5 mujeres
químicas
más
importantes
del
siglo XX
Sin duda, Marie Curie fue
una de las químicas más
importantes
de
la
historia,
fundamentalmente por su
trabajo
sobre
la
radioactividad, al que
dedicó toda su vida. Pero
también por el hecho de
haberse abierto paso en
la comunidad científica,
completamente dominada
por hombres, que no veían
con buenos ojos que una
mujer se dedicara a la
ciencia; era «cosa de
hombres», según ellos.
Irène fue la hija de Pierre
y Marie Curie y desde
pequeña se interesó en el
trabajo de sus padres. En
1935, y junto a su marido,
obtuvo el Premio Nobel
de
Química por
sus
trabajos
sobre física
nuclear.
Dorothy Hodgkin dedicó su
carrera al estudio de
las estructuras
bioquímicas a través de
rayos X. En 1964 obtuvo el
Premio Nobel de Química
«por la determinación de la
estructura de muchas
sustancias
biológicas
mediante los rayos X», con
lo que se convirtió en la
tercera mujer en recibir
este galardón, después de
Marie e Irène Curie.
Stephanie
Kwolek fue
una
importante
química polaco-
estadounidense,
mundialmente
conocida
por su más importante
aporte a la ciencia: la
invención
del
poliparafenileno
tereftalamida,
más
conocido como kevlar. El
kevlar es una fibra que
puede ser hasta cinco
veces más resistente que
el acero, y actualmente se
usa para la confección de
los chalecos antibalas.
Nunca obtuvo el Premio
Nobel, pero su carrera
estuvo llena de logros,
siendo una de las mujeres
científicas más
reconocidas de la historia.
Rosalind Franklin es la
joven científica a quien le
debemos todo lo que
sabemos sobre el ADN.
Fue
la
mujer
más
importante de la historia de
la química moderna. El
reconocimiento por su
invaluable
aporte
fue
robado por dos científicos
hombres: James Watson
y Francis Crick. Ellos se
llevaron el reconocimiento
por el trabajo de Franklin.
3 CURIOSIDADES
DE LA FÍSICA QUE
SEGURO NO SABES
1.
Las ondas sonoras
generadas por un agujero
negro en el doble cúmulo
de Perseo está en si
bemol, 57 octavas por
debajo de las teclas de un
piano. Según el libro
de Joel
Levy “100
analogías científicas”:
“Se trata de un sonido mil
billones más profundo de
lo que puede percibir el
oído humano. Se trata de
una nota que lleva 2.500
millones
de
años
sonando”.
2.
Unos 10 segundos
después del Big Bang, la
temperatura del universo
era de unos mil millones
de kelvin.
3. El universo “está hecho
a medida” para nosotros.
Si
el
conjunto
de
constantes fundamentales
que rige las propiedades
de la materia y de la
energía fuera diferente, la
vida no podría haber
aparecido. Por ejemplo, si
la interacción nuclear débil
fuese un poco más fuerte,
el universo sería una
gigantesca
sopa
de
hidrógeno puro. Dado que
la interacción nuclear débil
tiene
exactamente
la
magnitud que tiene, el
universo
contiene
un
amplio
abanico
de
elementos.