Arículo Especializado 1
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vhttp://www.redalyc.org/pdf/1701/170118863005.pdf
Entonces, comparar la fenomenología con las obras de ficción de Ernesto Sábato no es una idea tan descabellada. La fenomenolo- gía, “... es todo lo contrario de una teoría explicativa: no se propone explicar nada (...) sino que se limita a describir con pulcritud...” (Husserl, 1982) toma la actitud especulativa de manera radical; re- nuncia a la teoría hipotética. Es el acto del puro espectador.
Mientras realiza la lectura, los aspectos esquematizados son actualizados por el que lee, quien es el que completa, con este acto, las cualidades incompletas o virtuales del mundo representado. La lectura que hace una persona “es la realización de aquella armonía polifónica que queda determinada esencialmente por la forma en que los cuatro estratos se combinan y estructuran, constituyendo la obra de arte literaria” (Cofré, 1990).
El conocimiento de las esencias es una intuición. Es lo que lla- ma Husserl una intuición eidética o de las esencias. Los hechos sin- gulares son casos de esencias eidéticas. Los universales, las esen- cias, son conceptos objetos ideales que permiten clasificar, recono- cer y distinguir los hechos individuales. Cuando estos se presentan ante la conciencia, ella reconoce su aquí y ahora y también su qué.
Epoché quiere decir suspender el juicio sobre todo lo que nos dicen las doctrinas filosóficas con sus debates metafísicos, sobre todo lo que nos dicen las ciencias, sobre lo que cada uno dice, cree y supone en la vida cotidiana, en definitiva sobre las creencias que configuran lo que Husserl llama “actitud natural”.