No debería hacer falta conocer personalmente a ningu-
na de las víctimas para condolerse con su dolor. Debería
bastar con la convicción del derecho que todos tenemos
a vivir en paz y libertad, sin que nadie nos violente física,
verbal o espiritualmente.
Ángela Molina (Desde México)
Todos los hombres, albergamos en nuestros corazones el
deseo más profundo de la humanidad, vivir en PAZ.
La Paz, equilibrio de vida.
Diego Escobar (Manizales)