Summa Coaching Edición 17 Revista Summa Coaching Edición 17 | Page 59

El miedo En el camino de la espiri- tualidad definitivamente hay mucho miedo, porque al interiorizar, no puedes mentirte, sabes quién eres y la forma en que le haces en la vida. Eres luz y sombra, esa sombra muchas veces es rechazada, es creer que la sombra no es parte de ti, al hacerlo engrandeces esa sombra disfrazándola de luz, con falsedad o simulación de quien no eres, es decir, el miedo envuelve tu vida, acrecienta la sombra y dismi- nuye tu luz. En ocasiones la obscuridad se disfraza de luz. Tu tarea es perder el miedo, es darte cuenta de cómo lo has camuflado. Haz tu camino Caminar de la mano de tu luz y sombra es darte cuen- ta que están entrelazados, que a veces lo humano nos lleva a cometer actos que no deseamos y al momento podemos tomar consciencia de ello, ese es el misterio hu- mano, somos sombra y luz. No hay caminos exactos que seguir, cada quién va tra- zando el propio, escucha tu interior, practica el silencio corporal y mental. Paciencia y Tolerancia Es necesario ser paciente con nuestra sombra para amarla e integrarla, en oca- siones el juicio hacia algo que desconocemos nos nu- bla e impulsa a decir cosas incorrectas porque la into- lerancia se hace presente. Silenciar tu boca, tu mente, tus creencias es muy impor- tante para auto-observarte, aun si no guardas silencio, sé empático contigo y vive esa crisis interna, escuchar con el corazón eso que se hace presente. No desesperes, si caes, levántate, recuerda que la luz está ahí. Mover e impulsar tu espíritu es tarea personal, en ese momento de crisis espiritual, puede existir un combate hacia tu zona de confort, pues no es fácil, sin embargo, recuerda que al hacerlo, el sol, la luna, las estrellas, los ríos, los bos- ques, las aves, entre otros, toman un nuevo sentido en tu vida, aprendes de cada uno, descubres tu espíritu en ello. Te das cuenta que eres parte de un todo, de algo más grande, que eres grande y pequeño, que sin ti, algo faltaría en el universo. La seducción espiritual te lle- va a experimentar lo bonito y agradable, te hace más in- dividualista, te separa de lo divino, se disfraza para man- tenerte ahí, en lo cómodo. La espiritualidad da vida, el espíritu se arriesga a hacer un camino insospechado, es decir, es un soñador realista que al arriesgarse descubre un <> para dejar atrás lo inculcado, rescatan- do lo mejor para hacerse, re- hacerse y moldearse; es ca- paz de despojarse de sí para escarbar y cernir eso que ya es y ha olvidado. Encuentra su brillo, pule la sombra, acéptala y transfór- mala; amar la sombra es lo que nos hace humanos, re- cuerda que no todo lo que eres es agradable, todos te- nemos formas ásperas que nos humanizan y separan, lo importante es reconocerlo para ir día a día, integrando tu estar en el mundo, ser para ser puente que una. El mundo necesita de espi- ritualidad, recuerda que la verdadera espiritualidad, confronta quién eres, para que descubras lo divino de tu ser. El mundo espiritual es go- bernado por el amor, el amor mueve todo, el amor transforma, el amor es Dios, y él está dentro de ti, es de- cir, el amor puro que no de- sea otra cosa que amar, des- cubrirse en cada ser vivo que le llena su espiritualidad de vida, y entonces su sentido es espiritualidad y vida. clic aquí y twittea la frase Católicos, judíos, musulmanes, hindúes, budistas, etcétera, son religiones que llevan a la persona a conocer y experimentar una forma de vida religiosa sin que quiera decir que una es buena y otra mala, quien vive su espiritualidad sin juicio, se abre a diferentes realidades . 2018 | impulsa y motiva a ser y es- tar, es trascender tu senti- do de vida. Vivirla requiere de voluntad, del deseo de descubrir quién eres y para qué estás en el mundo. Es enamorarte de tu espíritu creador; coqueteando, bai- lando y abrazando quien eres, arriesgando la percep- ción que tienes de ti mismo al descubrir lo que crees que no eres. Sin embargo, la espiritualidad además de confrontarte te puede para- lizar por momentos, sin sa- ber dónde estás parado, y el miedo se hace presente. 59