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El miedo
En el camino de la espiri-
tualidad
definitivamente
hay mucho miedo, porque
al interiorizar, no puedes
mentirte, sabes quién eres y
la forma en que le haces en
la vida. Eres luz y sombra,
esa sombra muchas veces
es rechazada, es creer que
la sombra no es parte de ti,
al hacerlo engrandeces esa
sombra disfrazándola de luz,
con falsedad o simulación
de quien no eres, es decir,
el miedo envuelve tu vida,
acrecienta la sombra y dismi-
nuye tu luz. En ocasiones la
obscuridad se disfraza de luz.
Tu tarea es perder el miedo,
es darte cuenta de cómo lo
has camuflado.
Haz tu camino
Caminar de la mano de tu
luz y sombra es darte cuen-
ta que están entrelazados,
que a veces lo humano nos
lleva a cometer actos que
no deseamos y al momento
podemos tomar consciencia
de ello, ese es el misterio hu-
mano, somos sombra y luz.
No hay caminos exactos que
seguir, cada quién va tra-
zando el propio, escucha tu
interior, practica el silencio
corporal y mental.
Paciencia y Tolerancia
Es necesario ser paciente
con nuestra sombra para
amarla e integrarla, en oca-
siones el juicio hacia algo
que desconocemos nos nu-
bla e impulsa a decir cosas
incorrectas porque la into-
lerancia se hace presente.
Silenciar tu boca, tu mente,
tus creencias es muy impor-
tante para auto-observarte,
aun si no guardas silencio, sé
empático contigo y vive esa
crisis interna, escuchar con
el corazón eso que se hace
presente. No desesperes,
si caes, levántate, recuerda
que la luz está ahí. Mover e
impulsar tu espíritu es tarea
personal, en ese momento
de crisis espiritual, puede
existir un combate hacia tu
zona de confort, pues no es
fácil, sin embargo, recuerda
que al hacerlo, el sol, la luna,
las estrellas, los ríos, los bos-
ques, las aves, entre otros,
toman un nuevo sentido en
tu vida, aprendes de cada
uno, descubres tu espíritu en
ello. Te das cuenta que eres
parte de un todo, de algo
más grande, que eres grande
y pequeño, que sin ti, algo
faltaría en el universo.
La seducción espiritual te lle-
va a experimentar lo bonito
y agradable, te hace más in-
dividualista, te separa de lo
divino, se disfraza para man-
tenerte ahí, en lo cómodo.
La espiritualidad da vida, el
espíritu se arriesga a hacer
un camino insospechado, es
decir, es un soñador realista
que al arriesgarse descubre
un <> para dejar
atrás lo inculcado, rescatan-
do lo mejor para hacerse, re-
hacerse y moldearse; es ca-
paz de despojarse de sí para
escarbar y cernir eso que ya
es y ha olvidado.
Encuentra su brillo, pule la
sombra, acéptala y transfór-
mala; amar la sombra es lo
que nos hace humanos, re-
cuerda que no todo lo que
eres es agradable, todos te-
nemos formas ásperas que
nos humanizan y separan, lo
importante es reconocerlo
para ir día a día, integrando
tu estar en el mundo, ser
para ser puente que una.
El mundo necesita de espi-
ritualidad, recuerda que la
verdadera
espiritualidad,
confronta quién eres, para
que descubras lo divino de
tu ser.
El mundo espiritual es go-
bernado por el amor, el
amor mueve todo, el amor
transforma, el amor es Dios,
y él está dentro de ti, es de-
cir, el amor puro que no de-
sea otra cosa que amar, des-
cubrirse en cada ser vivo que
le llena su espiritualidad de
vida, y entonces su sentido
es espiritualidad y vida.
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Católicos, judíos, musulmanes, hindúes,
budistas, etcétera, son religiones que
llevan a la persona a conocer y
experimentar una forma de vida religiosa
sin que quiera decir que una es buena y otra
mala, quien vive su espiritualidad sin juicio,
se abre a diferentes realidades .
2018 |
impulsa y motiva a ser y es-
tar, es trascender tu senti-
do de vida. Vivirla requiere
de voluntad, del deseo de
descubrir quién eres y para
qué estás en el mundo. Es
enamorarte de tu espíritu
creador; coqueteando, bai-
lando y abrazando quien
eres, arriesgando la percep-
ción que tienes de ti mismo
al descubrir lo que crees
que no eres. Sin embargo,
la espiritualidad además de
confrontarte te puede para-
lizar por momentos, sin sa-
ber dónde estás parado, y el
miedo se hace presente.
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