Summa Coaching Edición 16 16JULIO2018 | Page 34

+ APRENDIENDO & JUGANDO Por: Johana Escobar Consultora organizacional y coach ontológico formada por The Newfield Network Chile 2006, está acreditada como PCC por la Interna- tional Coach Federation. Coach de vida certificada por el Italian Institute for the Practice of Ontology con Alexander Berlonghi. JUEGO Y APRENDIZAJE C Cuando pienso en juego y aprendizaje, puedo co- menzar a reconocer las puertas que abre el juego al servicio del aprendiz: 34 petencia o evaluar cumpli- miento en cualquier punto del proceso de aprendiza- je. Atraer; genera un com- promiso mental, emocio- nal y social, fundamental para aprender. Compartir; promueve en los participantes y sus comunidades, el interés por crear, mostrar y com- partir conocimientos. Practicar; fomenta la ejecución de un nuevo aprendizaje y trae la recu- rrencia. Sostener; El juego puede mantener el interés, la mo- tivación y el compromiso a largo plazo. Cambiar; El juego puede promover un cambio de conductas. Cuando los par- ticipantes pueden explorar en un ambiente seguro y controlado nuevas formas de actuar y relacionarse asociadas con su bienestar. Medir; El juego puede ser usado como una he- rramienta para medir y analizar las brechas, di- mensionar el nivel de com- Trayendo el juego a la vida cotidiana, no solo pensan- do en espacios formales de juego, se me viene a la me- moria una experiencia que tuve con mi hijo, cuando comencé a escuchar que “lo molestaban” en el bus del colegio, cuando vi que algunos de sus amiguitos le decían cosas que a el no le gustaban y guardaba si- lencio. Pensé entonces en darle una magistral charla sobre defenderse, poner limites y decir que NO. Pensé también en lo que me producen a mi estas “charlas, cantaletas” de las mamás donde escucho los primeros 10 minutos, y luego mis orejas se cierran, pues es una conversación donde repiten una y otra vez lo mismo. Y luego decidí que si quería acompañarlo debía probar otra cosa, Así que me in- vente un juego que mi hijo llamo “luchitas”, donde yo personificaba a un extraño que quería atacarlo y el se defendía, y yo no paraba hasta que sintiera que el me estaba poniendo el li- mite. Pasaron varias cosas, primero nos divertíamos un montón, segundo vi como poco a poco su cuer- po y su voz cada vez esta- ban mas firmes y seguros, y lo que mas me sorpren- dió es que el me pedía fre- cuentemente jugar mas. Es así como poco a poco mi hijo pudo comenzar a decir cuando No quiere algo, No le gusta algo y sobre todo a defenderse cuando lo ha necesitado.