+ APRENDIENDO & JUGANDO
Por: Johana
Escobar
Consultora organizacional y
coach ontológico formada
por The Newfield Network
Chile 2006, está acreditada
como PCC por la Interna-
tional Coach Federation.
Coach de vida certificada
por el Italian Institute for
the Practice of Ontology con
Alexander Berlonghi.
JUEGO Y
APRENDIZAJE
C
Cuando pienso en juego
y aprendizaje, puedo co-
menzar a reconocer las
puertas que abre el juego
al servicio del aprendiz:
34
petencia o evaluar cumpli-
miento en cualquier punto
del proceso de aprendiza-
je.
Atraer; genera un com-
promiso mental, emocio-
nal y social, fundamental
para aprender. Compartir; promueve
en los participantes y sus
comunidades, el interés
por crear, mostrar y com-
partir conocimientos.
Practicar; fomenta la
ejecución de un nuevo
aprendizaje y trae la recu-
rrencia.
Sostener; El juego puede
mantener el interés, la mo-
tivación y el compromiso a
largo plazo. Cambiar; El juego puede
promover un cambio de
conductas. Cuando los par-
ticipantes pueden explorar
en un ambiente seguro y
controlado nuevas formas
de actuar y relacionarse
asociadas con su bienestar.
Medir; El juego puede
ser usado como una he-
rramienta para medir y
analizar las brechas, di-
mensionar el nivel de com- Trayendo el juego a la vida
cotidiana, no solo pensan-
do en espacios formales de
juego, se me viene a la me-
moria una experiencia que
tuve con mi hijo, cuando
comencé a escuchar que
“lo molestaban” en el bus
del colegio, cuando vi que
algunos de sus amiguitos
le decían cosas que a el no
le gustaban y guardaba si-
lencio.
Pensé entonces en darle
una magistral charla sobre
defenderse, poner limites
y decir que NO.
Pensé también en lo que
me producen a mi estas
“charlas, cantaletas” de
las mamás donde escucho
los primeros 10 minutos, y
luego mis orejas se cierran,
pues es una conversación
donde repiten una y otra
vez lo mismo.
Y luego decidí que si quería
acompañarlo debía probar
otra cosa, Así que me in-
vente un juego que mi hijo
llamo “luchitas”, donde yo
personificaba a un extraño
que quería atacarlo y el se
defendía, y yo no paraba
hasta que sintiera que el
me estaba poniendo el li-
mite. Pasaron varias cosas,
primero nos divertíamos
un montón, segundo vi
como poco a poco su cuer-
po y su voz cada vez esta-
ban mas firmes y seguros,
y lo que mas me sorpren-
dió es que el me pedía fre-
cuentemente jugar mas.
Es así como poco a poco mi
hijo pudo comenzar a decir
cuando No quiere algo, No
le gusta algo y sobre todo
a defenderse cuando lo ha
necesitado.