> ACOMPAÑAMIENTO EN DESARROLLO HUMANO
CALLAR PARA AMAR
Por: Susi Robles Reyes
Todo lo que sucede es por algo, para algo. Aprender a sentir la vida y ser uno con el mundo es parte del aprendizaje y practica espiritual.
| summacoaching | Marzo 2018 |
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E n muchas situaciones hemos hablado para imponer nuestro punto de vista ¿ Quién no lo ha hecho?... Levante la ceja, la mano … Pues esos impulsos básicos en todos los seres humanos son motivados por el ego, ese ego aplastante contigo y con el otro; en ocasiones imponer es válido y necesario, por ejemplo: imponer reglas como padres, buscando que los hijos aprendan a ejercer su libertad responsablemente), pero, no lo es cuando imponemos para lucirnos o creernos más que el otro, eso ya habla más de quiénes somos, de nuestras carencias y cómo nos movemos por el mundo. Guardar silencio puede ser más complicado que hablar escupiendo o sacando lo que hay, sin pensarlo, meditarlo o comprenderlo, y sucede entonces que ese impulso puede distanciarnos del otro, del esposo, del jefe, del estudiante, del amigo, etc. Callar puede parecer más difícil, porque corregir, amonestar, rechazar, proponer u opinar, puede ser uno de los mejores aprendizajes de nuestra vida. Si se aprende a practicar el silencio desde la infancia, le damos a nuestra vida una de las mejores herramientas interrelaciónales.
¿ Has tomado conciencia de cuántas veces debiste guardar silencio ante alguna situación de tu vida? En la infancia, adolescencia, juventud, en el hogar, la escuela, el trabajo, con tu pareja, familia, etc. Creo que todos podemos reconocer que callar hubiera sido la mejor opción, sin embargo, el hubiera no existe.
Nunca es tarde para adquirir la capacidad de guardar silencio, callar para amarte es una forma de amar al otro, y siempre es tiempo de practicarlo. Es una gran virtud que aumenta y mejora la resiliencia y da más sentido a la vida; callar para amar con la consciencia de hacerlo.
Callar para tener conciencia y entender que estar alerta ante todo diálogo personal y de inter-relación es mejorar nuestra forma de amar, de amar al otro,