24 Miguel Rubio
— Anda y que te den por culo . – Y empezó a tirarme una caña –. Que no le he llamado nunca , no te jode ¿ Has comido ?
Asentí . Me puso la cerveza y un plato con almendras fritas .
Pasó un paño por la barra y se apoyó frente a mí . — Si llegas un poquito antes , te encuentras con Eva . Alcé una ceja y continuó : — Ha venido a preguntar por ti . Bueno , me preguntó ya la semana pasada . Parece que ahora tiene mucho interés . Ha dicho que te había llamado , pero que tenías el móvil apagado o algo así . —¿ En serio ? —¿ Dónde has estado ? – me apuntó con la barbilla . —¿ En serio te ha dicho eso ? – insistí . —¡ Que sí , coño , qué pesado ! ¿ Te lo pongo por o escrito o qué ? Eché un trago y dejé el vaso a la mitad . Mientras miraba las marcas de espuma pregunté : —¿ Cómo está ? — Muy buena , ya lo sabes . — Venga . — Joder , ¿ cómo va a estar ? Pues como siempre , supongo . No sé . No solemos hablar mucho . Viene , se toma un café , comentamos un par de chorradas y se va . Bueno , ya sabes , nunca parece muy alegre ni muy habladora . Normal .
Se encogió de hombros y ambos pensamos en lo que le había pasado . Sobre todo , lo de su hija . Pero , entre nosotros , los temas serios duraban poco . Parecía que nos daba miedo afrontar los latigazos que nos había ido dando la vida . Ninguno teníamos motivos para estar felices , pero no hablábamos de ello .
— Bueno , ¿ te has echado novia y llevas dos semanas follando como un mono o qué ?
Forcé una sonrisa . Ni siquiera me dio opción a contestar .