Suave como la lluvia 23
Ambos sabíamos que no era verdad . Paco nunca llamaba a nadie . A mí , desde luego , no me había llamado jamás , hasta dudo de que tuviera anotado mi número . Además , había machacado el móvil , así que , si de verdad iba a hacerlo esta vez , llegaba tarde .
Nos conocíamos de toda la vida y nuestra amistad se había forjado a base de encontrarnos en el barrio , en la tasca de Víctor , que ya murió , en los billares Peña , que ahora eran una tienda de ropa regentada por chinos , o simplemente en la calle . Después , el bar de su padre pasó a ser nuestro lugar habitual de encuentro . Paco echaba allí una mano desde muy pequeño , y al cumplir los 14 dejó los estudios y empezó a pasarse allí el día entero , y nosotros casi también . Era un bar antiguo , con la barra enfrente de la puerta , y delante cuatro taburetes destartalados y un par de mesas a un lado . En el otro extremo , una máquina tragaperras , la de tabaco y una tele colgada encima . El barrio se había llenado de bares para suramericanos y aquí aguantábamos cuatro parroquianos de toda la vida . Un negocio ruinoso , supongo . Pero ni él ni ninguno de nosotros teníamos a donde ir . Así habían ido pasando los años . — Lo dudo , sería la primera vez . —¿ El qué ? – Se apoyó en el mostrador como si fuera a saltar por encima , aunque le chocó primero la barriga . — El llamarme , sería la primera vez que lo haces . —¿ Cómo ? — Que no me has llamado nunca , coño . Volvió a abrir la boca antes de responder , era un gesto que hacía habitualmente , como si le costase un par de segundos procesar lo que le decían . —¿ Qué no te he llamado nunca ? — Que yo recuerde , no .