26 Miguel Rubio
— Sí , todavía sigo pagando , llevo treinta años haciéndolo .
Uno de los primeros trabajos de Eva fue ese , vender pólizas de seguros y consiguió que todos nos hiciéramos una . Claro que los demás enseguida se dieron de baja . Yo nunca pude , aunque últimamente me lo había planteado , necesitaba reducir mis gastos .
— Ya ves , tantos años soltando pasta y para una vez que voy , mira con lo que me salen , los cabrones – quise bromear , pero no sirvió de mucho .
— Bueno , no sé , ¿ no has pensado en pedir otra opinión ? Joder , ve a la seguridad social a ver qué te dicen .
Alcé la copa y la terminé de un trago . Paco hizo lo mismo y puso otras dos .
—¿ Para qué ? Por lo visto , está muy extendido y no se puede operar , ya te lo he dicho .
— No me jodas – murmuró y hasta me pareció que se le nublaban los ojos .
La verdad es que , aunque nunca nos dijéramos nada , ambos nos queríamos . Supongo que lo sabíamos y era suficiente . Volví a coger aire y añadí : — Me han dicho que me quedan tres o cuatro meses . — Joder , me cago en mi puta vida . – Golpeó la barra . Luego estiró el brazo y me cogió de la parte posterior del cuello , apoyando su cabeza en la mía .
— Pablito , no me jodas . ¿ Qué puedo hacer ? Dime , lo que sea , cualquier cosa que necesites .
Me encogí de hombros y aguanté las lágrimas . Esto estaba yendo demasiado lejos . — Nada , joder , salvo ponerme otra copa . Paco se secó los ojos con el dorso de la mano y luego cogió un trozo de papel de cocina que se pasó por la frente , el cuello y la nuca . Después cortó otro trozo para sonarse los mocos .
— Igual no te conviene beber – dijo al fin .