D E SAFÍOS ANTI LAVAD O
Tiempo
en blanco
U
n ex oficial del Tesoro y de la Casa Blanca le ha llamado
“Treasury’s War” (en español Guerra del Tesoro)—una guerra
librada en los cables, las búsquedas de nombres, los activos
congelados y las cuentas bloqueadas. Se dirige a los que financian a
los terroristas y a los enemigos del Estado. Los bancos, especialmente
los bancos extranjeros que operan en los EE.UU., deben contar con un
programa eficaz de cumplimiento de la Oficina de Control de Activos
Extranjeros (OFAC) para mitigar los riesgos de incumplimiento de las
sanciones económicas y comerciales.
Las sanciones económicas y comerciales esgrimidas por la OFAC son listas negras de gran alcance
destinadas a países extranjeros, regímenes específicos, terroristas, narcotraficantes y personas
internacionales que participan en actividades
relacionadas con la proliferación de armas de
destrucción masiva que representan una amenaza
para la seguridad nacional y la política exterior
de los EE.UU. La OFAC actúa bajo las autoridades
de emergencia nacionales presidenciales, entre
ellos la autoridad otorgada por la legislación específica para imponer controles sobre las transacciones y congelar los activos bajo jurisdicción
estadounidense.
Tras el ataque terrorista del 11 de septiembre del
2001, el Presidente de los EE.UU. emitió una orden
ejecutiva que requiere que todas las instituciones
financieras bloqueen inmediatamente todos los
bienes a nombre de individuos u organizaciones
identificados como asociados con un grupo terrorista y que notifiquen de inmediato a la OFAC. Hoy
en día, la OFAC ha evolucionado hasta convertirse en un sofisticado arsenal de armamento
financiero, dirigido contra determinados países y
regímenes no comunitarios, incluyendo individuos
y empresas de propiedad o controladas por, o que
a