CUMPLIMIENTO
E
n el mundo de las monedas virtuales,
2013 se convirtió en el año en que se
produjo la introducción del típico léxico
financiero institucional en el mundo virtual.
Términos como “FinCEN”, “MSB”, “KYC”,
“ALD”, “BSA”, pasaron a formar parte de la
conversación. En marzo, los participantes en
el ecosistema de la moneda virtual se pusieron
sobre aviso y se instó a los intercambios virtuales
y administradores a registrarse como empresas
de servicios monetarios (MSB) en la Red de
Control de Delitos Financieros del Departamento del Tesoro de los EE.UU. (FinCEN) y a
que aplicaran programas y controles adecuados
de antilavado de dinero (ALD).
Otros eventos siguieron pronto para asegurar
que los usuarios de monedas virtuales, administradores e intercambiadores eran conscientes
de que los reguladores están revisando lo que
están haciendo en sus esfuerzos para proteger
el sistema financiero de los EE.UU. de actores
ilícitos. Eventos de alto perfil, tales como la
incautación de los fondos para el intercambiador
internacional de Bitcoin “Mt. Gox”, el cierre de
la moneda centralizada “Liberty Reserve” en
mayo, el proceso del FBI contra el vendedor en
línea “Silk Road” en el verano, y la audiencia de
noviembre, de las monedas virtuales del Comité
del Senado de los Estados Unidos sobre Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales.
Dada esta atención reguladora, las monedas
virtuales como Bitcoin fueron entrando en los
medios de comunicación populares y formando
parte del nuevo vocabulario digital de la población en general.
Monedas virtuales
Para fines de discusión, una moneda virtual es
un medio de cambio que opera en el espacio
digital que normalmente se puede convertir
en bien una moneda fiduciaria (por ejemplo,
moneda emitida por el gobierno) o puede ser un
sustituto de la moneda real. Hay básicamente
dos tipos de monedas virtuales — la centralizada y la descentralizada. Las monedas virtuales
centralizadas (por ejemplo, Liberty Reserve)
disponen de un repositorio centralizado y un
solo administrador, mientras que las descentralizadas (por ejemplo, Bitcoin) no tienen ninguna
repositorio o administrador, sino que funcionan
como un medio de intercambio entre pares, sin
necesidad de intermediario.
Las monedas virtuales van más allá de la versión
más popular, Bitcoin, con monedas alternativas (también conocidas como monedas alt)
que buscan expandir la presencia global de
la moneda virtual. En total, hay más de 160
monedas virtuales en el mercado. Al igual que
Bitcoin, estas monedas son extraídas para
producir circulante. La minería es el proceso de
usar potencia de cálculo de gastos para procesar
las transacciones, asegurar la red, y mantener a
todos sincronizados en el sistema. La minería
también se puede realizar a través de un
proceso llamado “puesta en común” [pooling],
que utiliza la potencia de cálculo colectivo de
muchos usuarios para crear monedas. Una vez
creadas las monedas, con base en previos de
los términos de los que participan en la agrupación, las monedas se distribuyen a los mineros.
En cualquiera de los procesos, los mineros
ganan monedas por sus esfuerzos. Por lo tanto,
las monedas se crean y están disponibles para
circular. Cada moneda tiene una circulación
máxima pre-definida. Por ejemplo, Bitcoin tiene
un importe máximo de 21 millones de dólares,
mientras que la principal moneda alt, Litecoin,
tiene una tirada máxima de 84 millones.
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