SOLUCIONES PRÁCTICAS
laborales normales. Como profesionales de BSA/
ALD a veces perdemos la visión del hecho de que
la institución financiera para la cual trabajamos
necesita obtener ganancias y el cumplimiento es
un costo al hacer negocios. El banco y asociación
de crédito de tamaño mediano, el que presenta de
50 a 100 SAR por año es el candidato mejor candidato para un comité.
Independencia
Una de las preguntas recurrentes de profesionales de cumplimiento de todo el mundo
se refiere a si un comité compromete la independencia de un individuo que investiga la
actividad sospechosa. En la industria de servicios financieros un sistema de pesos y contrapesos es la piedra angular para limitar el delito
económico, y ya que las instituciones varían
de cuando en cuando, manteniendo bajos los
niveles de personal para cumplir con los objetivos de capital requeridos, cumplir con la BSA
no resulta diferente. Tener a un solo individuo
como juez, parte y verdugo es la antítesis de los
controles internos. Todos reportamos a alguien.
Pregúntese, ¿un analista junior de ALD debería
estar presentando un SAR sin que lo sepa la
gerencia? Si bien el grado de confianza aumenta
con la ejecución y experiencia laboral, es raro
que haya una autorización unilateral de despido,
y podría ser sólo el producto secundario no
intencional del tamaño de una institución financiera y/o sus dificultades económicas.
La independencia, desde luego, puede quedar
obstruida o influida por un gerente o una cábala
de individuos, no obstante las salvaguardas
que se empleen (véase “El factor de revancha”,
ACAMS TODAY, entrega de diciembre 2010febrero 2011). La independencia, sin embargo,
no debe confundirse con una discusión robusta
entre colegas que piensan de manera parecida. Podría contra-argumentarse en algunos
aspectos que un comité de SAR puede funcionar
como una red de salvataje para ayudar a un
investigador a ser independiente ya que el
comité no someterá al investigador al control
de un individuo. Un comité, por naturaleza, está
designado también para autocontrolarse debido
a las personalidades y conocimientos diferentes
de sus miembros.
Formación de un comité
Si una institución decide armar un comité, el
número óptimo de miembros tendría que ser
por lo menos tres, pero no tendría que tener más
de cinco participantes. El oficial de BSA es un
dado, y dependiendo del número de analistas
adicionales el analista senior puede ser otro
participante lógico. En muchas instituciones
el oficial de BSA es también un analista o tiene
la ayuda de uno o más analistas. En el caso de
analistas múltiples, se podría querer restringir
su asistencia a las reuniones a sólo los casos
que le competen; o sencillamente tener a cada
analista a mano cuando se necesita mayor capacidad de percepción.
Los candidatos para los otros sillones tendrían
que ser gerentes de las operaciones de depósito, préstamo, seguridad, administración de
sucursales y cumplimiento, con por lo menos
uno del nivel senior y como jefe del comité.
El gerente de instalaciones o el de la TI, por
ejemplo, podría no ser una buena elección. Los
participantes deberían ser profesionales de la
carrera bancaria, expertos en su propio campo,
pero con un conocimiento rudimentario de las
otras áreas. En otras palabras, mientras más
experiencia tengan en el mundo bancario mejor.
Un gerente de cobros con experiencia es otra
elección posible, ya que mucha de su función
laboral tiene que ver con el comportamiento
negativo y con gente que evita decir la verdad.
Un grupo que no debería incluirse es el de directores o de individuos en comités de supervisión o de juntas consultoras. Los directores de
bancos comunitarios y asociaciones de crédito
pueden ser muy conocidos en la comunidad y
tener conexiones políticas, por lo que pueden
llegar a ponerse muy emocionales e irracionales cuando se trata de investigar a alguien
conocido. Muchos pueden tomar la visión extremadamente optimista de que intercediendo (lo
que va de una reprimenda enojada a un consejo
paternal) se puede resolver la situación a satisfacción de todos, no obstante que los motivos
han podido ser más siniestros.
A pesar de toda la capacitación, los que no se
encuentran expuestos a la BSA cotidianamente
podrían ver su acción como nada más que una
solución de sentido común inofensiva para
un problema, llegando a racionalizar que una
propuesta de protección no era lo que verdaderamente se quería para esta situación en
particular. Un director en un comité es la ironía
última. Por una parte informa a la junta directiva
de los SAR sin información identificatoria para
proteger la integridad del proceso mientras que
por otra el mismo director está en la reunión
de la junta, con plena conciencia de los hechos
presentados.
ACAMS TODAY | MARZO–MAYO 2013 | ACAMS.ORG/ESPANOL | ACAMSTODAY.ORG
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