Spanish ACAMS Today (Junio-Agosto 2014) Vol. 13 No. 3 | Page 53

CUMPLIMIENTO E l sol aún no había alcanzado su cenit en el horizonte cuando nos bajamos del autobús de la terminal a la pista del Aeropuerto Internacional de Dubai. Nos estábamos preparando para el tramo final de nuestro largo vuelo de Ottawa, Ontario, Canadá a Kandahar, Afganistán. Fue a mediados de febrero de 2011 y yo era uno de los cerca de 20 agentes de policía canadienses que se habían ofrecido, o, en mi caso, enérgicamente solicitado, formar parte de la Misión de Policía de Canadá en Afganistán. Nuestro pequeño grupo representaba media docena de agentes de policía municipal diferentes de todo Canadá, así como de la Real Policía Montada de Canadá (RCMP). Habíamos pasado juntos las últimas seis semanas de entrenamiento y asistencia a reuniones de información en la Escuela de Policía de Canadá en Ottawa, y la Base de las Fuerzas Canadienses en Kingston, Ontario. Mientras tomábamos nuestros asientos en la parte delantera del avión de pasajeros afgano para ir a nuestra misión de nueve meses, nuestro espíritu y entusiasmo eran altos; pero, la verdad, también había un poco de ansiedad. La tripulación cerró la puerta con llave mientras nos acomodamos e hizo balance de la aeronave. Decir que este avión ya había tenido su época de gloria constituía un eufemismo. “Así que”, me dije a mí mismo, “aquí es donde los aviones vienen a morir”. Me reaseguré a mí mismo que el piloto era probablemente tan experimentado como este viejo avión. No pasaba nada. Entonces, llegó un golpeteo desde el exterior de la puerta de la cabina. La azafata corrió hacia la puerta y la abrió. Santo cielo, era el piloto, ¡había quedado fuera de su propio avión! Mis colegas y yo nos miramos con desconcierto nervioso, hallándolo tanto cómico como preocupante. Los agentes de policía tienen un sentido del humor bastante negro; es un filtro crítico necesario para ayudar a los oficiales de policía jóvenes a llegar hasta la jubilación. Algunos de nosotros se rieron diciendo que un 46-88-AT_JunAug14-Spanish.indd 53 piloto que quedaba afuera de su propio avión antes del despegue era como un oficial que iba al atraco a un banco dejando su pistola en el casillero. El piloto también se rió entre dientes mientras luchaba para asegurar la puerta de la cabina. Después de bajar el pestillo a golpes con una barra de metal y de maldecir diciendo que el avión era más viejo que él, ninguno de nosotros se reía. Si usted no sabía que había agentes de policía canadienses trabajando en Afganistán sin duda nadie se lo enrostraría. De hecho, la mayoría de los canadienses ni siquiera sabe que estamos allá. Pero, hemos estado en Afganistán desde 2005. Hasta esta misión, casi todos los canadienses habían sido asignados a trabajar en Kandahar, principalmente con el ejército canadiense. Su misión se había centrado en el fortalecimiento de la capacidad de la Policía Nacional Afgana (ANP) de primera línea. Sus misiones incluyeron instruir en habilidades básicas de policía como el tiro, la colocación de esposas, la instrucción sobre estado de derecho, las relaciones entre la policía y los ciudadanos, y similares; todas cosas bastante estándar para un recluta de la policía. Por supuesto, Afganistán es todo menos estándar y el trabajo de ellos era peligroso y estresante. Cuando peleé hasta lograr que me aceptaran en esta misión esperaba que me ubicaran en el Equipo de Reconstrucción Provincial (PRT) que opera desde Kandahar. Me había familiarizado con el PRT cuando estudiaba en la Universidad de Norwich en Northfield, Vermont y estaba ansioso de ser parte de uno. Sin embargo, un par de semanas antes de irnos de Canadá nuestra ACAMS TODAY | JUNIO–AGOST0 2014 | ACAMS.ORG/ESPANOL | ACAMSTODAY.ORG 53 6/3/14 5:37 PM