DESAFÍOS ANTILAVADO
L
a pareja tenía un negocio de alhajas de
fantasía que comercializaba desde su
casa en Meridian, Idaho, y tenía varias
cuentas en las sucursales de Meridian y Boise
de dos bancos de cobertura nacional. Enviaban
dinero de esas cuentas a los beneficiarios en
McAllen y Palmhurst, Texas, en cantidades de
$1.000 a $1.700. El marido, posteriormente, hizo
numerosos depósitos en las sucursales de bancos
dispersos de Wyoming a Alabama. En Idaho, su
mujer retiró el dinero poco después de que se
acreditaba en una de sus cuentas.1
Y el rastro del dinero bien pudo haber terminado,
si no fuera por la vigilancia del personal bancario
que reportó la actividad financiera la Red Contra
los Delitos Financieros (FinCEN). Después de
revisar los informes, Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) de Inmigración y Control de
Aduanas de los EE.UU. (ICE). inició una investigación y pronto encontró razón para profundizar.
Una declaración jurada presentada en una corte
federal por un agente especial de ICE HSI detalla
lo que encontró y alegó el gobierno; este relato se
deriva de la declaración jurada.2
El marido y la muje