Desafíos antilavado
El Monte de Tres Barajas
en el Antilavado de Dinero
E
n este viejo juego de embaucadores, se
mezclan tres cartas delante de tus ojos
con la promesa de un pago si eres capaz
de elegir tu carta después de que el timador haya
barajado el conjunto de una manera aparentemente inocua. Muchos pierden unos cuantos
dólares antes de darse cuenta de que fueron
vencidos por las distracciones mentales y verbales
que indujo el embustero y no por una particular
forma de barajar. En las acciones Antilavado de
Dinero (ALD) suele ocurrir un fenómeno similar,
cuando el investigador se distrae con los movimientos del dinero antes de darse cuenta de que se
le escapó el mecanismo real de lavado.
Casi todas las estafas y fraudes exitosos se
basan en reacciones emocionales y distracciones que prevalecen sobre un prudente escrutinio financiero. Después de todo, el lavado de
dinero es una estafa que no tiene una víctima
manifiesta. Los lavadores de dinero exitosos
aprendieron a crear y explotar las distracciones emocionales y de otro tipo. La compra,
el propósito o el gasto reales (integración)
serán razonablemente explicables siempre y
cuando tu investigación pueda ser desviada del
trabajo hormiga de colocación y estratificación
que se ocupó de poner allí el dinero.
La mayor parte de las transacciones legítimas
se hacen de una manera lo más lineal posible
para cumplir un propósito determinado. Por
ejemplo, los dineros ahorrados pueden ser
transferidos a una cuenta corriente para hacer
un pago mayor de lo habitual, como ocurre al
comprar un auto. No serviría a ningún propósito legítimo transferir el dinero a través de
otras cuentas u otras personas antes de colocarlo finalmente en la cuenta corriente que se
usará para comprar el auto con un cheque. En
lavado de dinero, esos movimientos extra son
comunes y se hacen deliberadamente para
provocar distracciones respecto de la fuente
real y del beneficiario del dinero implicado.
Muchas veces el subterfugio está tan estratificado como las transacciones y nunca refleja la
naturaleza deliberada del plan general.
Podrás pensar que tu investigación te condujo
a esa flamante adquisición de un auto nuevo
que descubriste, cuando, en realidad, el dinero
lavado ya se dispersó varias transacciones
atrás. El dueño del nuevo auto estará bien
desconectado de esos hechos. Como en el caso
de la baraja equivocada, te concentraste en el
reo equivocado.
Muchos de esos esquemas involucran segundas
y terceras personas y pueden también incluir
compradores nominales o testaferros en el
camino. Si bien muchos de los que participan
están al tanto de la situación, el agregado de
un participante o estrato involuntario agregará
elementos emocionales, distracciones y complicaciones que pueden desinflar y descarrilar el
entusiasmo de cualquier investigador por continuar su tarea. Aunque esas distracciones parecen
inocuas, son deliberadas y están bien planeadas,
justamente para lograr ese efecto.
Por ejemplo, la cuenta de una empresa refleja
repentinamente un sospechoso flujo de depósitos
en efectivo. Cuando se contacta al propietario,
éste confiesa que está escondiendo dinero para
un amigo muy cercano, que está atravesando un
divorcio difícil. Se retrata a sí mismo como un
hombre honesto en otros aspectos pero con el
gran defecto de estar siempre dispuesto a ayudar
a un amigo en problemas. También pinta una
compasiva historia de su amigo que está siendo
muy maltratado durante su divorcio y reconoce
que se le hizo muy difícil no querer ayudarlo,
dadas las dolorosas circunstancias.
Este baraj