Spanish ACAMS Today (Diciembre ’13- Febrero ’14) Vol. 13 No. 1 | Page 41

SOLUCIONES PRÁCTICAS S i bien puede no ser tan interesante como leer una buena novela o historia penetrante, su Manual de Políticas del ALD debe estar tan bien escrito, ampliamente investigado, precisamente organizado, cuidadosamente editado y revisado tan a fondo como cualquier cosa en la lista de best sellers del New York Times. Se trata de un documento que será puesto bajo el duro punto de mira del auditor y de la revisión regulatoria. Sin embargo, también es un documento que su organización utilizará para ayudar a navegar por las aguas a veces difíciles y a veces turbias del cumplimiento de la Ley de Secreto Bancario (BSA por sus siglas en inglés). El enfoque de una organización con cualquier manual de política puede ser muy variado. Su entorno empresarial, las expectativas de revisores internos y externos, la jerga de la industria e incluso la ocasional política de la empresa sobre cómo desarrollar un manual de políticas puede tener una fuerte influencia en el documento final. Sin embargo, en su esencia, el manual de la política es la guía definitiva para su programa de ALD y la base sobre la que se forman y revisan los procedimientos a fin de satisfacer de la mejor manera los requisitos establecidos en él. También es un elemento clave para demostrarle al resto del mundo — especialmente a los reguladores, auditores y socios de negocios — que tiene un programa amplio y viable. La conclusión es que usted necesita hacerlo bien. Si bien hay muchos excelentes recursos y expertos en la materia disponibles para ayudar a construir un buen manual, aquí van diez elementos clave que no deben pasarse por alto durante su creación o actualización. Si el manual puede incluir todos estos puntos usted se encuentra encaminado a tener un documento muy útil para todos los interesados. 1. Organícelo para la navegación fácil. Los auditores minuciosos y ejecutivos ocupados necesitan un manual donde pueden encontrar la información que buscan de forma rápida y sencilla. Una organización lógica, un índice detallado y páginas con numeración fácil de leer con una sección de identificación clara son elementos críticos. Un índice detallado y un glosario de términos de la industria también son muy útiles. 2. Recuerde que no todos los lectores son profesionales de ALD — cuidado con los tecnicismos. Esto va de la mano con una buena organización. No todos los lectores del manual son profesionales de ALD, especialmente los de la alta dirección de la organización que tienen que revisar y aprobar el documento. Tome esto en cuenta y explique todos los términos técnicos y acrónimos a fondo. Cite donde corresponda. Nunca suponga comprensión del trabajo que usted hace. 3. Si su organización no está cubierta por una norma en particular, cítelo y explique por qué no aparece en alguna parte del documento. Los manuales que omiten elementos fundamentales de política relativos a los requisitos legales han sido citados en una serie de auditorías recientes y revisiones regulatorias. Puede haber leyes que no afectan a su organización, pero esto no significa que usted debe hacer caso omiso de ellos. Cite estos estatutos en su manual y proporcione una explicación detallada de por qué ellos no le corresponden. Asegúrese de que esta información resulta fácil de encontrar. 4. Recuerde que es un documento público y que está destinado a ser leído por personas ajenas a la organización tanto como por los que se encuentran dentro de ella. Mantenga la misión del manual, pero tenga cuidado con la inclusión de información sobre la historia corporativa y las políticas del pasado que pueden tener mejoras necesarias. Mantenga la información reservada de la organización fuera de este documento muy público. 5. Los procedimientos no son política, así que no los incluya. Hay un par de razones para no incluir procedimientos en el manual sobre la política institucional. En primer lugar, cambian con frecuencia y esto significa que el manual tendría que ser revisado por la alta dirección y pasar por un proceso de aprobación con mayor frecuencia que le gustaría a la alta dirección. En segundo lugar, son, posiblemente, de derechos reservados, y deben actualizarse a los ojos de un auditor particular. Los procedimientos de cumplimiento están en constante evolución y mejora. Sin embargo, esto no debería ser un asunto público. 6. Coloque el material de apoyo en los apéndices, no en el cuerpo del manual. Los materiales de apoyo son a menudo extensos, complicados y a veces sólo tangencialmente relevantes para una política en particular. Entrelazarlos con las políticas hace correr el riesgo de oscurecer la política misma. Esto podría dar lugar a una interpretación errónea o a la creencia de que un elemento político clave falta. Haga citas apropiadas y la ocasional cita corta si es necesario. Sin embargo, usted debe colocar los reglamentos o estatutos enteros en un apéndice de fácil acceso o, en esta era digital, en un enlace. 7. Incluya siempre un documento de la administración superior (según corresponda a su organización) que apruebe y promueva las )