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ESTÁ EN SUS MUSEOS…
E N
S U S
ubicado junto a la parroquia y frente al
hospital de San Juan de Dios, es decir,
en donde actualmente se encuentra el
Museo Nacional de la Estampa. El
conflicto se resolvió a favor de Tolsá,
quien alegó que el cementerio, si bien
anteriormente había pertenecido a la
parroquia, en esa época se
encontraba secularizado, incluso se
ofreció a trasladar las osamentas a
otro recinto para poder ocupar el
terreno.
Durante las dos décadas siguientes,
varias personas solicitaron la
adjudicación de la plazuela de la
Santa Veracruz —que a partir de
dichos años comenzó a ser llamada,
en las actas, indistintamente como
plazuela de San Juan de Dios—. En
1861, el escritor, político y hombre de
armas Florencio María del Castillo
Velasco adquirió “un terreno eriazo” en
la plazuela, por el costo de 2 480
pesos. Durante la Intervención
Francesa, en 1862, Florencio resolvió
enfrentarse a las tropas invasoras
junto a su hermano José María y, ante
la falta de recursos, Florencio regresó
a la ciudad para “vender una casa, su
única riqueza, que había comenzado a
edificar”. Es altamente probable que
esa casa, construida en los terrenos
de la plaza de la Santa Veracruz, fuera
la predecesora del edificio que
actualmente alberga el Museo
Nacional de la Estampa.
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La casona actualmente alberga el
Museo Nacional de la Estampa
(MUNAE), es “de corte porfiriano” y
fue edificada “en las últimas décadas
del siglo XIX”.
En 1967, el entonces Regente
capitalino, Alfonso Corona del Rosal,
proyectó la remodelación de la Plaza
de la Santa Veracruz. Tras las
intervenciones,
los
inmuebles
contiguos al templo de la Santa
Veracruz continuaron en manos de
particulares y se les destinaron
distintos usos, tanto comerciales como
habitacionales.
Noviembre 2019
MÉXICO
C A L L E S
En 1983, la Secretaría de
Asentamientos Humanos y Obras
Públicas del Gobierno Federal,
adquirió el edificio, indicado con el
número 39 de Avenida Hidalgo, para
instalar ahí la representación del
Gobierno del Estado de Colima, para
lo cual se solicitó la restauración del
inmueble al Arquitecto Javier
Villalobos. Sin embargo, la instalación
de aquella oficina estatal no se llevó a
cabo y, finalmente, a partir del Decreto
firmado por el entonces Presidente de
la República, Lic. Miguel de la Madrid
Hurtado, y publicado en el Diario
Oficial de la Federación el 17 de
diciembre de 1986, el inmueble se
destinó al servicio de la Secretaría de
Educación Pública para uso del
Instituto Nacional de Bellas Artes, a fin
de que en él se estableciera el Museo
Nacional de la Estampa.
Este espacio museístico está
dedicada a la colección, preservación,
investigación y difusión del legado
patrimonial, nacional e internacional,
inscrito en las disciplinas artísticas del
grabado y la estampa. Su misión
fundamental es “es difundir la
producción gráfica de artistas
mexicanos y extranjeros al interior y
exterior del país, así como reunir,
conservar, investigar y documentar la
obra inscrita en este género de las
artes visuales”. Su asombrosa
colección está integrada por 12531