#SoyUNEVErsitario Revista #SoyUNEVErsitario Número 23 | Page 17

El valor de la calidad de vida del ente humano como forjador y elemento transmutador en la combinación de elementos de la realidad individual y colectiva. Autor: Lic. Fernando Martínez Moreno Contacto: [email protected] C omo punto de partida, el elemento humano como ente social racional e instintivo tiende a manifestar diversos patrones de conducta, por los cuales tiende a regir su propia naturaleza, así como el influir en gradual medida sobre los estatutos de gestión del desarrollo de las ramas de gestión del bloque u entorno social en donde se encuentre este en interacción continua. A medida del paso del tiempo o de las eras que han marcado los inicios del ser humano como sociedad, han perdurado de forma constante los elementos del desarrollo y complemento, quienes quedan manifestados como indicadores del desarrollo humano o calidad de vida. Dicho elemento parte de una constante de tres variables las cuales son: · Economía · Sociedad · Política La relevancia de estos tres elementos, revela y plasma de forma teórica y práctica los principales resultados de la calidad de vida, es decir tienden a ser parte de los indicadores del desarrollo humano, como parte elemental de cada eventualidad existente y por existir. En la conformación de las naciones, se debe establecer como relevante y de vital importancia, el generar las condiciones de desarrollo para mantener el desarrollo humano reflejado en la calidad de vida de la población, y con ello generar un valor o capital o intelectual disponible para mantener un proceso de mejora continua de la nación misma. Sin embargo, a escala global en diversos puntos del plano, ha existido y existe actualmente la carencia de dicho elemento, ocasionando como efecto coyuntural el demerito del desarrollo humano, generando consigo condiciones de desigualdad, aumento de la violencia fuga de capitales entre otros fenómenos sociales perjudiciales al entorno. Dentro del aspecto demográfico, se muestra una variación inclinada hacia la distorsión parcial y total de las sociedades del mismo plano, generadas por dicha anomalía, lo que repercute en la perdida de la esencia humana generando un vació ascendente, en el ente humano individual y colectivo y de forma consecutiva con toda forma de vida. Debido a que dichos factores existentes desde inicios de la época hasta la era de la globalización y aunado a la transición del siglo XX al XXI, se ha generado una serie de eventualidades, que han alterado de forma crucial la cadena de flujo de la lógica la física la metafísica entre otros elementos del plano existencial. Relacionado a distintas ramas del conocimiento y de la fe, se han producido de forma multifacética, una serie de vertientes que representan nuevos desafíos en cada ámbito conocido y por conocer debido a la reconfiguración de los cánones de cada aspecto de la existencia o en términos del espacio tiempo el alfa y el omega. La percepción individual y colectiva de la realidad, se ha visto realmente transmutada, debido a la gravedad de dichas eventualidades, el punto clave en este punto denominado como de inflexión, debido a la tendencia caótica presente en tiempos recientes. Pero la gran incógnita ante las condiciones que manifiesta el presente planteamiento seria, en que perspectiva debe tomarlo la sociedad en general, si como una adversidad inminente o como una ventana de oportunidad y de mejora continua, partiendo como de una tangente psicosocial al establecer una nueva gama de elementos y/o herramientas con el propósito de generar y establecer nuevos eslabones sobre los cánones en proceso de forjado al atornillar nuevas métricas, con la meta maxima de alcanzar la trascendencia y la supervivencia al generar la homologación de los estándares del pensar y sentir cognoscitivos, entre otros elementos de la matriz de combinaciones, al generar una nueva forma de observar, ver, analizar percibir y gestionar el todo lo que nos constituye de forma directa e indirecta. En resumen, el replantear nuevas métricas con base al desarrollo del ente humano al incrementar de forma ascendente y continua, el valor de la calidad de vida de cada una de las sociedades que en escala global, equiparan a las naciones quienes reflejan el pensar y sentir de las sociedades que las conforman, al crear una nueva concepción de la realidad múltiple y sistematizada, como si de un solo ser tratase siendo la esencia del mundo entero, en pos de la libertad y justicia para los ciclos venideros, para probarnos a nosotros mismos como humanidad y realizar una nueva forma de gestionar los cánones del alfa y omega. 17 Agosto 2019