#SoyUNEVErsitario Número 34 | Page 13

Ecocidios en Latinoamérica Cuando el dinero impone sus propias reglas de juego en el planeta Tierra, se establece un desequilibrio ecológico en nuestros territorios latinoamericanos, que se acrecienta con la inacción judicial de los organismos públicos, que son incapaces de aplicar las leyes ambientales vigentes, para castigar con celeridad los hechos delictivos presentados. La gran delincuencia en contra de la Madre Tierra, es un problema multifacético dentro de las regiones latinoamericanas, ya que cada empresario, latifundista o político, tiene sus propias ambiciones económicas que deben ser rápidamente alcanzadas, violentando la santidad del Medio Ambiente y fructificando la ignorancia de sus decisiones. Existen terribles inconvenientes ambientales que se vienen ocultando en paquetes turísticos, en hoteles cinco estrellas y en enormes centros comerciales, que NUNCA van a reflejar la realidad socio-ambiental de la geografía latinoamericana. El primer eocidio por destacar es la muerte de 100 polluelos de garza nocturna blanca, en la ciudad de Sonsonate ubicada en El Salvador. Los árboles donde anidaban las garzas, fueron podados por trabajadores de Sonsonate, sin tener la autorización del Ministerio de Medio Ambiente de El Salvador, siendo el bulevar Acaxual donde se visualizó la triste escena de cien polluelos de garza muertos, luego de que las ramas y los nidos de sus árboles, fueron ilegalmente destruiodos para evitar la sobrepoblación de la garza nocturna blanca. Otro eococidio es el derrame de 3 mil litros de ácido sulfúrico en aguas del Mar de Cortés, ubicado en las costas del puerto de Guaymas, estado Sonora. El ecocidio azteca fue cometido otra vez por la empresa minera Grupo México, y aunque el Mar de Cortés es conocido como “El Acuario del Mundo” debido a su grandiosa fauna marina, tampoco ha podido evitar la destrucción ambiental del capitalismo salvaje mexicano, dando como resultado inevitable, la pronta extinción de la vaquita marina, de la afrodisíaca totoaba y del famoso tiburón ballena, que es maltratado por miles de adinerados turistas, que pagan mucho dinero para nadar con el divertido animal acuático. Es imposible soñar con la sustentabilidad de un Mundo claramente insostenible. El capitalismo salvaje siempre compra las mejores licencias ambientales, compra el silencio de los corruptos entes gubernamentales, y compra la desenfrenada barbarie genocida que impera en el siglo XXI. Tú y yo conocemos muchísimos más ecocidios perpetrados con los años, pero si nos quedamos callados y no denunciamos los problemas ambientales de nuestras comunidades, pues estaremos siendo cómplices de las corporaciones nacionales y extranjeras, que se dedican a polucionar los territorios latinoamericanos que habitamos a diario. Realizado por: Herson Ubaldo Fuente: www.alainet.org 13 Julio 2020