Ecocidios en Latinoamérica
Cuando el dinero impone sus propias reglas de juego en el planeta Tierra, se establece un desequilibrio ecológico en nuestros territorios
latinoamericanos, que se acrecienta con la inacción judicial de los organismos públicos, que son incapaces de aplicar las leyes ambientales
vigentes, para castigar con celeridad los hechos delictivos presentados.
La gran delincuencia en contra de la Madre Tierra, es un problema
multifacético dentro de las regiones latinoamericanas, ya que cada
empresario, latifundista o político, tiene sus propias ambiciones
económicas que deben ser rápidamente alcanzadas, violentando la
santidad del Medio Ambiente y fructificando la ignorancia de sus
decisiones. Existen terribles inconvenientes ambientales que se vienen
ocultando en paquetes turísticos, en hoteles cinco estrellas y en
enormes centros comerciales, que NUNCA van a reflejar la realidad
socio-ambiental de la geografía latinoamericana.
El primer eocidio por destacar es la muerte de 100 polluelos de garza
nocturna blanca, en la ciudad de Sonsonate ubicada en El Salvador. Los
árboles donde anidaban las garzas, fueron podados por trabajadores de
Sonsonate, sin tener la autorización del Ministerio de Medio Ambiente
de El Salvador, siendo el bulevar Acaxual donde se visualizó la triste
escena de cien polluelos de garza muertos, luego de que las ramas y los
nidos de sus árboles, fueron ilegalmente destruiodos para evitar la
sobrepoblación de la garza nocturna blanca.
Otro eococidio es el derrame de 3 mil litros de ácido sulfúrico en aguas
del Mar de Cortés, ubicado en las costas del puerto de Guaymas, estado
Sonora. El ecocidio azteca fue cometido otra vez por la empresa minera
Grupo México, y aunque el Mar de Cortés es conocido como “El Acuario
del Mundo” debido a su grandiosa fauna marina, tampoco ha podido
evitar la destrucción ambiental del capitalismo salvaje mexicano, dando
como resultado inevitable, la pronta extinción de la vaquita marina, de
la afrodisíaca totoaba y del famoso tiburón ballena, que es maltratado
por miles de adinerados turistas, que pagan mucho dinero para nadar
con el divertido animal acuático.
Es imposible soñar con la sustentabilidad de un Mundo claramente insostenible. El capitalismo salvaje siempre compra las mejores licencias
ambientales, compra el silencio de los corruptos entes gubernamentales, y compra la desenfrenada barbarie genocida que impera en el siglo
XXI.
Tú y yo conocemos muchísimos más ecocidios perpetrados con los años, pero si nos quedamos callados y no denunciamos los problemas
ambientales de nuestras comunidades, pues estaremos siendo cómplices de las corporaciones nacionales y extranjeras, que se dedican a
polucionar los territorios latinoamericanos que habitamos a diario.
Realizado por: Herson Ubaldo
Fuente: www.alainet.org
13 Julio 2020