Soy No 7 - Agosto/Septiembre 2018 | Page 6

Soy 6

Me encanta ver cómo Dios se preocupó de mostrarnos esta verdad, con suavidad pero con firmeza.

1. Liberadas para bendecir

Cuando Pablo le escribe a los gálatas, los anima a perseguir esta libertad a la cual habían sido llamados, considerando que todo está permitido. El propósito de Dios es que seamos libres, alejados de cautividad, pero esta verdad no está completa si no decimos que esta condición no se enfoca en nosotras mismas, sino en los demás. "Usen la libertad para servirse unos a otros por amor" (Gálatas 5.13), con cuidado de que nuestra libertad no haga tropezar a otros (1 Corintios 8.9), no preocupándonos por nuestro propio bien, sino el de los demás (1 Corintios 10.24). Por amor somos libres, pero debemos vivir libres para amar a otros.

2. Ideadas como piedras vivas

Martín Lutero escribe las tesis de Libertad Cristiana en reacción a la subyugación de la iglesia predominante. Estas declaraciones no resultaron del todo bien. Lamentablemente, los campesinos de la época entendieron el mensaje como una consigna emancipadora, rebelán-dose en contra de sus amos y confundiendo la esencia de los dichos de Lutero. ¿Libres pero esclavos? ¿Cómo podemos entender tal contradicción? El apóstol Pedro confirma este postulado dic

declarando la libertad de todos pero, a su vez, la total dependencia de Dios (1 Pedro 2.16). Si sólo nos quedamos con la primera parte, haríamos lo mismo que los campesinos, dejarnos llevar por nuestro corazón egoísta y perverso (Jeremías 17.9), teniendo excusas para hacer lo malo (1 Pedro 2.16). El principio de Dios es darse en amor y eso espera de nosotras. Somos piedras vivas con las cuales Dios edifica su templo espiritual (1 Pedro 2.5) y debemos sujetarnos al constructor para que Él nos enseñe cómo actuar (Filipenses 2.13).

3. Basadas en la Verdad

A veces el concepto de libertad nos parece algo etéreo y difícil de sujetar. Pero cuando recurrimos a la Biblia, este escurridiza palabra recobra mayor fundamento. Al poner atención a la Palabra de Dios, conoceremos lo que Dios piensa de nosotras y lo que su corazón anhela. Acercarnos a Jesús, es acercarnos a la Verdad (Juan 8.31-32). La Verdad es luz que disipa las mentiras que nos atan. Sólo esta Verdad nos garantiza libertad. Podemos caminar confiadamente en libertad si nuestros pasos persiguen la voluntad del Padre (Salmo 119.45; Santiago 1.25)