SOPLOS 1 - 2010 | Page 44

ESTACION DORADA Anuncia el paso entre ventiscas templadas la estación que unta el corazón de mieles. Una boa serpenteante se hace paso trayendo al llano dulces cascabeles. De a poquito los álamos se tornan esculturas de bronce engalanados por el brillo generoso de ese astro que decide envolver sin abrasarnos. Bienvenido el amor que me transporta volando en cada hoja hasta mi suelo, dando tregua a la prisa del verano que surcó, corriendo, nuestro cielo. Es poema cada paso por las sendas que nos llevan al encuentro de un sueño, con crujidos bajo el pie nos acompaña transportando a otro mundo el sentimiento. Otoño! Mi tierra! Páramo bendito que alberga la siembra. Vuelve a mí y deja que me nutra del perfume a violetas que van naciendo. En tu paz amarilla y tu tibieza no hay quien dude que lo mágico es resuelto, con al espalda en los brazos de algún sauce como actúan los duendes en tu cuento.