GRINGO VIEJO
Pobre mi viejo
se le están yendo los amigos;
los que enredaban las líneas
y compartían su abrigo.
Resignado mira
buscando entre fotos ajadas
las señales de alegría
de aventuras ya pasadas.
Pero ya saben
sus fuertes manos ásperas
que no volverán a estrecharse
al festejar una hazaña.
Sí, me acuerdo… dijo
con el nudo en la garganta
Cuántos tiempos lindos…
Enjugándose una lágrima.
Yo te digo, gringo viejo,
lo aprendí de tu mirada:
que un amigo no se olvida
cuando se tiene en el alma.
DOS GOTAS DE AGUA
Se quedaron como ella mis ojos:
grandes, brillantes, despiertos,
cuando fijó un tapiz en mi cuarto,
cuando probaba mi vestido nuevo.
Se movían como ella mis manos:
ágiles, seguras, sin receso,
porque el placer de la labor cumplida
las empujaba aún con más esmero .
Se inquietó como ella mi mente
tratando de descubrir a cada intento
una l