HAZ
EL PARAJE DE LA LUZ DEL ÁNGEL
El hábito no hace al monje
ni el sol asegura un nuevo día.
No es la luna la que lava las penas
ni la noche dueña de tu algarabía.
Solo buscando, adentro y sin reservas
se descubre el solaz de la alegría.
Haz la paz, con tu mano y tu herramienta;
Ahorra frases que no gestan armonía.
No construyas a tu vera fortalezas,
y no huyas del problema que dirimes,
que te inunde la luz de la sapiencia,
que te aborden los días más felices.
Dicen que en un paraje mágico
muy alto, muy lejos del suelo,
donde el aire pesa menos,
hay hadas mágicas que vuelcan
polvos maravillosos en su revuelo
haciendo que se pierdan los caminantes
y sin saberlo alcancen sus sueños.
Un grito de agua fresca, tímida voz del cielo,
canta y resuena suave en su lecho;
inventando sin moldes conocidos
un disfraz de tul y flores de hielo;
Solo un ojo con mucho brillo
puede ver la luz creciendo
cuando se enamora el ángel y baila
convertida su imagen en lucero.