Solo por hoy Mayo 2018 | Page 15

Mizayaki Japón

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Comedores Compulsivos Anónimos CCA/OA

Una vez perdiendo el miedo de hacer llamadas a mis compañeros, utilicé libremente el teléfono. Tal como lo habían mencionado los testimonios, una llamada podía hacer la diferencia entre terminar el día abstinente o en un atracón. Hoy en día utilizo esta herramienta para ser de utilidad a otro comedor compulsivo, más que para salir libre de la compulsión; tal como lo dicen mis compañeros con más tiempo en la agrupación, al ser contestas esas llamadas, estaba recibiendo ayuda y siendo salvada, lejos de ser una molestia, las llamadas han sido un regalo.

También utilicé constantemente la Herramienta de la escritura. Escribía de manera urgente, desesperada, para salir de ese grito interno mío que me decía que comiera cuando apenas hacía una hora que acabada de hacerlo. Sabía que no era hambre física, sino la compulsión, la enfermedad… Y sabía también que si no enfrentaba esos momentos especialmente difíciles, continuaría muriendo y destruyendo mi vida como lo venía haciendo. Debía utilizar mis herramientas y lo aprendido en el programa.

Entré en abstinencia cuando empecé a trabajar la Herramienta de un plan de alimentos. Gracias a ella aprendí a distinguir la diferencia entre sentir hambre física —para satisfacer la necesidad fisiológica de alimento necesario para la supervivencia— y sentir la compulsión. Fue impactante descubrir la innumerable cantidad de veces en las que esta compulsión estaba presente durante cada día, por una variedad de causas que jamás hubiera imaginado. ¡Vaya trabajo que me esperaba por delante!

Debo ser sincera, el inicio de mi abstinencia no fue miel sobre hojuelas, venía cargando demasiado, soy una persona muy enferma y mis defectos de carácter y sufrimientos de mi vida se comenzaban a desbordar.

Mi constancia y obediencia en trabajar los pasos y utilizar mis herramientas cuantas veces fueran necesarias en mis primeros meses en la agrupación fue lo que me permitió crecer rápidamente y recibir el milagro de la pérdida de peso. Aprendí entonces que ya no tenía más que luchar contra una dieta, contra mi misma, apoyarme en mi inestable fuerza de voluntad ni vivir mas atada; mi trabajo ahora consistía en seguir este programa, utilizar mis herramientas, buscar tener contacto con un Poder Superior y dejar mi vida y mi voluntad bajo si cuidado.

"Una vez perdiendo el miedo de hacer llamadas a mis compañeros, utilicé libremente esta herramienta."