Ambos se miraron un instante, E en sus miradas se reflejaba un
odio visceral, irracional, casi parecía que fuesen a matarse, pero al
parecer solo lo parecía, pues un instante después ambos estallaron
en risas.
-Sim, deberíamos evitar ambos a mi prima.- dijo Will mientras se
reía.
-Admitámoslo, ambos venimos por lo mismo, nos invitó su
compañera de piso, ¿Quién rechazaría eso? - contestó Sim.
Ambos se serenaban, mientras Eph, distraído, miraba el móvil. Sim
se colocó grácilmente al lado de Eph, recostado en la misma pared,
y empezaron una conversación de carácter despreocupado y
superficial.
Will se acercó a la puerta, la observó un instante; era negra, de
imponente ébano barnizado. Era el vértigo y el medio, el ansia y la
desesperación., “¿Qué habrá hay dentro? ¿Encajaré entre todo lo
que haya?” Will se sacudió esas ideas de la cabeza. Había noches
para vacilar y titubear, pero esa no era una de ellas, era una noche
de morder y pisar con fuerza. Llamó y el timbre sonó, Se metió las
manos en los bolsillos e intentó calmarse, Si salía ella, no debía
tener cara de estar esperándola, tenía que parecer indiferente, pero
lo bastante alegre como para que se diera cuenta de que esperaba
que fuera ella.
La puerta se abrió, y tras ella empezaron a verse los primeros
atisbos de una fiesta: la música sonaba, se oía el ruido típico de una
muchedumbre de jóvenes que solo buscan diversión y desenfreno.
Lo único que separaba a los tres transeúntes de aquel jolgorio era
una única, pequeña y de pelo azulado joven, la cual cabe remarcar
que llevaba toda la cabellera visible teñido de un azul chillón, lo cual
hizo que Sim exclamase: “¡Joder! Parece un chaleco reflectante”.
-¿Qué diablos haces plantado delante de mi puerta?- dijo la joven,
la cual no esperab V