-¡Venga ya!- grito Will.- Eph, tú no tienes motivos para quejarte, y
Sim, habrá otras chicas, ni te fijarás en mi prima.
Continuaron caminando. Poco a poco se animaban unos a otros y la
noche empezaba a volverse menos arisca. El viento se relajaba, y
aunque no calentaba sus ánimos, al menos se volvía más receptivo
y amable. Cada vez se fue relajando hasta quedarse como el agua
de un estanque, plácidamente quieto, arropando todo aquello que
habitaba en su interior.
Al final las tres figuras llegaron a una calle ancha, tranquila y
oscura, constituida por casas pegadas unas a otras. Will se había
abrochado la cazadora por el frio, mientras que Eph llevaba con
descaro una chaqueta marrón demasiado fina para la época del
año. Entre ambos, Sim, ya más relajado y plácido, se regodeaba de
su indiferencia a la temperatura vistiendo de manga corta sin ni
siquiera una triste y caliente bufanda.
Las tres figuras se plantaron delante de una de las casas. Sim
rápidamente se colocó delante del buzón de hojalata que había al
lado de la puerta. Nervioso y bastante ansioso realizó un último y
fútil intento por dominar su pelo rebelde, Mientras, Eph se recostó
en la pared al lado de la puerta y observó atentamente los
espasmódicos movimientos de Sim. Will empezó a reírse entre
dientes ante semejante espectáculo. Sim se enorgullecía de su pelo
largo y enmarañado, y más se enorgullecía de no arrastrarse ni
arrodillarse delante de ninguna persona, y menos una chica con la
cual había mantenido una “relación” o como se llama comúnmente
el corto periodo de tiempo que tarda Sim en aburrirse de lo que ya
conoce. el enmarañado compañero, derrotado por su cabello,
decidió algo desesperado y casi vergonzoso, con el decoro con el
que, el que se rinde tira su arma, el, se hizo una coleta para
mantener a raya su pelo.
-Sim, - dijo Will.- ¿has terminado? No me mal intérpretes, a Eph y a
mí nos encantan tus preparativos para “la batalla”, pero queremos
entrar antes de que se haga de día.
-¿Qué te pasa, chaval?- contesto Sim- Pareces ansioso por ver a tu
prima.