Quiero creer que muchos pensamos que no, que queremos un mundo más justo para
todos, pero que el conformismo reina en esta sociedad como un manto de hielo espeso.
Aunque quizás seamos como la Antártida, y los volcanes que hay debajo algún día
estallarán y con su ardiente lava fundirán la pasividad.
Esta carta no será la chispa que encienda la mecha del deshielo, de hecho es tan útil
como gritar contra un altavoz. Sin embargo, de vez en cuando, es necesario un baño de
realidad para recordar que, por mucho que el foco ilumine otra parte del escenario, la
injusticia sigue presente entre las sombras.
Sinceramente,
Una hija de la rabia.
María Garbajosa
2ª de bachillerato A
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