El espejo__________________________________
Cuando uno nace, el primer objeto que desea poseer es un espejo. Este puede llegar a
ser el único amigo con el que mantendrá, a priori, una relación de continuidad durante
toda su vida. No obstante, es en realidad un falso amigo porque no refleja su ética, su
moral, su personalidad, sus valores… Sencillamente se dedica a generar una copia
imperfecta de una persona.
El espejo nos ha hecho creer que somos lo que no somos y nos ha hecho adoptar de
manera sistemática, como si de autómatas se tratara, ciertas ideas que unos pocos
consideran correctas. Es por ello que el espejo meramente refleja una opinión inculcada
en el subconsciente de las personas por medio de la repetición; una estrategia que
funciona perfectamente hasta que tropieza con su mayor debilidad, la reflexión tenaz.
Como decía Winston Churchill: “El mejor argumento en contra del espejo es una
conversación de 5 minutos con el votante.” La mayoría rechazarán dicha conversación,
muchos otros deletrearán literalmente el mensaje grabado que les proyecta su mente y
solo una minoría conseguirá que el espejo no les ciegue.
Con este sistema edificado en la irreflexión, el espejo puede convertirse en su más
grande enemigo, el totalitarismo.
El espejo, como la democracia, es una falsedad cubierta por una coraza de miles de
pequeños y afilados cristalitos que amagan la verdad. Cuando uno logra ver más allá
de estos, se da cuenta de que en toda su vida no había quedado libre de manipulación.
No propongo destruir dicho espejo sino adaptarlo a nuestros días valorando el pasado
porque, como decía Platón: “No todo puede ser opinable y no todas las personas son lo
suficientemente maduras para poder opinar”.
José Carrasco Norte
2º de Bachillerato B
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