Las tres erres en raya___________________________
El tres en raya es un juego mundialmente conocido y resulta entretenido sea quien sea
el ganador. Pese a ser simple y predecible, parece una de las soluciones más
recurrentes a la hora de acabar con el aburrimiento de las largas esperas. Lo podemos
ver entre los apuntes de los estudiantes más distraídos o grabado en pupitres
maltratados, o en cualquier otro lugar que podamos imaginar. Su estrategia es sencilla:
quien tiene la ficha en el centro controla todas las jugadas. No solo eso, sino que obliga
al contrario a jugar desde las esquinas, complicando con creces su victoria.
En esta posición central es donde se sitúan los bancos, las multinacionales, los políticos
y otros grandes influyentes. Ellos también matan el tiempo con sus compromisos
inútiles. De vez en cuando, dejan poner ficha a esos pobres activistas que juegan desde
las esquinas. Los ecologistas, sin embargo, no se rinden. Siguen luchando por imponer
sus tres erres por encima de las cruces del petróleo, el consumismo y la mala gestión
de los residuos.
El problema está en que estos políticos y magnates parecen haber olvidado qué
esperaban. Para cuando lo recuerden, ya les habrá venido encima como un tsunami.
Al final, como en el juego, solo puede haber dos ganadores. Por un lado, aquellos que
ponen una cruz sobre los informes científicos y los acusan de mentirosos; los mismos
que niegan su solidaridad con el planeta y contribuyen a borrar del mapa a muchas
especies. Por otro, aquellos que defienden un sistema sostenible y apuestan por la
economía circular. La diferencia es que, esta vez, el resultado importa. Todos sabemos
qué mundo queremos y los ecologistas llevan demasiadas rondas perdidas. Así pues,
si queremos que el futuro cambie, debemos poner en el centro de nuestra partida las
políticas propuestas por ellos.
Montserrat Bonet Vieiro
2º de Bachillerato B
*****